Cómo congelar y descongelar el marisco para mantener su sabor
- El marisco se puede comprar crudo o ya cocido
- Es importante conocer consejos para conservarlo y descongelarlo
elEconomista.es
Se acercan las festividades navideñas y, como cada año, son muchos los que comienzan los preparativos de las comidas y cenas familiares que se llevan a cabo tanto en Nochebuena como en fin de año, en las que uno de los platos más típicos es el marisco.
Gambas, mejillones, langostinos y muchas otras variedades de mariscos y crustáceos no pueden faltar en la mesa, un tipo de alimento que se suele comprar congelado, por lo que es importante conocer algunos consejos para su compra y conservación.
Consejos para congelar y descongelar marisco
En primer lugar, a la hora de adquirir marisco en el mercado, hay que saber que se puede comprar crudo o ya cocido, ambas opciones vienen congeladas. También es posible, aunque menos frecuente, adquirir el marisco vivo, que es cuando no viene congelado.
En la primera de las opciones, cuando el marisco está congelado, hay que conservarlo en casa del mismo modo, metiéndolo al congelador. Solo se debe descongelar cuando ya se va a cocinar y consumir, pero solo en caso de que se vaya a hacer a la plancha o al horno, ya que si se va a cocer es mejor cocinarlo directamente congelado.
En el caso de las piezas de marisco que tengan cáscara, lo mejor es descongelarlo usando agua fría. Para ello, solo hay que sumergir las piezas en una cacerola con agua fría durante un rato, hasta que se vea un aspecto descongelado. Es importante hacerlo justo antes de cocinarlo.
Por el contrario, si el marisco no tiene cáscara, como puede ser el caso de las gambas o de los calamares, la mejor opción para descongelarlo es dejarlo en un plato, dentro de la nevera y tapado, de tal modo que se descongele progresivamente, el tiempo necesario, como se indica desde la marca gallega especializada en congelados Hiperxel.
En el caso de que solamente se quiera cocer, no hace falta descongelar el marisco. Solo es necesario poner una olla con agua al fuego y, cuando hierva, añadir sal y el marisco directamente congelado. Para enfriarlo, se puede usar agua y hielo, deteniendo la cocción.
Procediendo de esta forma, tanto al conservar como al descongelar y cocinar el marisco, estos alimentos mantendrán todas sus propiedades de aroma, sabor y textura, así como su color y su valor nutricional.