Salud Bienestar

Alertan de la presencia de hongos en los alimentos que pueden causar cáncer y mutagenicidad

Muestras de distintos tipos de hongos y bacterias para analizar alimentos contaminados en un laboratorio. Firma: Dreamstime

elEconomista.es

Los hongos son usados para elaborar algunos productos, sobre todo en el ámbito alimentario pero hay que tener cuidado con estos organismos porque si están en cultivos y en alimentos de manera incontrolada puede generar micotoxinas, siendo un peligro para el consumidor.

Esas micotoxinas pueden ser producidas por varias especies de hongo, estas son metabolitos que pueden causar efectos adversos en el organismo como puede ser cáncer y mutagenicidad, además de problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o renales.

Para regular esas concentraciones máximas de varios tipos de micotoxinas en diferentes alimentos, hay una normativa europea en la que las autoridades sanitarias controlan que se cumplan los límites haciendo controles fronterizos o vigilando productos que ya están en el mercado.

A diario se rechazan varias partidas de alimentos que no cumplen con los criterios establecidos por la Unión Europea. Aunque son una de las sustancias que más notificaciones reportan, aún se deben investigar más al rodearles muchas incertidumbres sobre su toxicidad.

Qué son las micotoxinas

Las micotoxinas son producidas por mohos y son sustancias peligrosas para el organismo y los grupos de alimentos susceptibles de estar contaminados son: los frutos secos, los cereales, las habas de cacao, las frutas desecadas y las especias.

La contaminación por micotoxinas es un problema en cereales y frutos secos pero puede afectar a alimentos de origen animal si los propios animales comen piensos contaminados. Científicos han descubierto que el cambio de las condiciones climáticas tendrá como consecuencia la redistribución geográfica de la incidencia de las diferentes micotoxinas.

La humedad, la temperatura ambiental, las precipitaciones, la presencia de insectos y las condiciones del medio en los que habitan los mohos que las producen, influyen en la producción de esas micotoxinas. Donde más ha aumentado la incidencia de aflatoxinas en maíz ha sido en el sur de Europa. En estas zonas suelen tener climas tropicales.

Se ha revisado el reglamento que establece los límites máximos de las micotoxinas, ocratoxina A, aflatoxinas, fumonisina, patulina, deoxinivalenol y zearalenona, además la Comisión Europea propone las toxinas T-2 y HT-2. Pero en una revisión científica que ha subvencionado la EFSA, asegura que hay alimentos de 15 micotoxinas que no están regulados. A estas sustancias las han denominado como micotoxinas emergentes ya que su prevalencia ha aumentado en los últimos años por los cambios en la climatología donde se producen estos alimentos.