Salud Bienestar
¿Los antidepresivos causan dependencia? La verdad detrás del tratamiento que más crece en España y su impacto económico
- España, en el top 3 de países europeos que más consumen este fármaco
- Las mujeres españolas consumen hasta 1,5 y 3 veces más antidepresivos que los hombres
elEconomista.es
El consumo de antidepresivos en nuestro país ha crecido desde la pandemia, situándose España en el top 3 de países europeos que más consumen este fármaco, por detrás de Portugal y de Suecia. Además, las mujeres españolas consumen hasta 1,5 y 3 veces más antidepresivos que los hombres.
Ante estos datos, y para conocer cómo funcionan estas píldoras charlamos en una entrevista con Europa Press Infosalus con la doctora Pilar López, que es miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), quien nos indica que los antidepresivos son fármacos que actúan mejorando el estado del ánimo, aunque también tienen otros efectos mentales, como mejorar la ansiedad y las obsesiones.
"Su nombre obedece al uso principal para el que se aplican, a pesar de que se ha comprobado que, además de mejorar la depresión, mejoran los síntomas de ansiedad y también a dosis más altas, son eficaces para tratar las obsesiones, pero también a la hora de controlar los síntomas de la bulimia, como los atracones", afirma esta especialista.
Los antidepresivos son psicofármacos, según prosigue. "Esto quiere decir que actúan en el cerebro. Hay muchos tipos de antidepresivos y se diferencian en su modo de actuar en el mismo", añade.
Su papel con los neutoransmisores
En concreto, indica que para un funcionamiento normal del cerebro es necesario que haya una comunicación entre las neuronas y en esta comunicación son fundamentales los neurotransmisores: "Se trata de moléculas como la serotonina, la noradrenalina, o la dopamina. Los neurotransmisores son sustancias que todos tenemos en el cerebro y se crean a partir de aminoácidos que ingerimos con nuestra alimentación, por ejemplo, el triptófano, que es el precursor de la serotonina. Estos neurotransmisores son fundamentales para que funcione bien nuestro cerebro y, en particular, para que nuestras funciones psíquicas funcionen con normalidad".
Aquí recuerda la doctora López que los neurotransmisores se almacenan en las neuronas y cuando hay un funcionamiento normal pasan de la neurona al espacio que comunica dos neuronas y ejerce su acción. "En los trastornos como la depresión, hay un déficit de neurotransmisores en el espacio que comunica a las neuronas, y esto provoca síntomas como la falta de energía, de ánimo, o de ilusión", asevera la especialista.
Cómo funcionan
En este contexto, la miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental señala que los antidepresivos funcionan de distintas formas: "Un grupo importante de antidepresivos, conocido como inhibidores de la recaptación de neurotransmisores, producen un aumento de neurotransmisor en el espacio que comunica a dos neuronas, es decir, el espacio intersináptico".
Algunos antidepresivos dice que aumentan exclusivamente los niveles de serotonina; mientras que otros incrementan los de noradrenalina y otros los de dopamina. "También hay un grupo de antidepresivos, denominado duales, que ejercen su acción sobre dos neurotransmisores, de forma que aumentan los niveles de dopamina y de serotonina, o bien de serotonina y de noradrenalina", apostilla.
Al mismo tiempo, la doctora López señala que también hay otro grupo que en lugar de inhibir la recaptación de los neurotransmisores actúan directamente sobre los receptores en las neuronas, produciendo de igual forma un aumento en los niveles de los neurotransmisores.
Cada grupo de antidepresivos, en función del neurotransmisor que modulen, tiene una indicación para un tipo de síntomas en particular. Por ejemplo, el aumento de serotonina es útil para mejorar el estado anímico y además para mejorar la ansiedad y las obsesiones.
Mientras, cita la miembro de la SEPSM que el aumento de noradrenalina, además de mejorar el estado anímico, mejora síntomas somáticos como el dolor o el cansancio, y síntomas cognitivos, como la pérdida de memoria o de concentración.
"El aumento de dopamina mejora el estado anímico, así como la apatía, recuperando el interés por actividades que antes de padecer la depresión eran placenteras para la persona", recalca.
Posibles efectos secundarios de los antidepresivos
Eso sí, advierte esta psiquiatra de que la acción sobre cada uno de estos neurotransmisores produce diferentes efectos secundarios, poniendo el ejemplo de los antidepresivos que funcionan a través de un aumento de la serotonina, dado que estos pueden producir molestias digestivas, que suelen ser transitorias y desaparecen tras pocos días, a la vez que también pueden producir dolores de cabeza y alteraciones de la sexualidad, como disminución de la libido.
"La mayor parte de estos efectos secundarios son transitorios y desaparecen a los pocos días o semanas de iniciar el tratamiento, y en caso de que no desaparezcan es recomendable cambiar a otra modalidad de antidepresivo que actúe a través de otro sistema de neurotransmisor", agrega.
El efecto de los fármacos antidepresivos no es instantáneo, tal y como reconoce esta experta. "A pesar de que el fármaco se ingiere y a través del aparato digestivo, pasa al torrente sanguíneo, tiene que llegar al cerebro y ejercer su acción en las neuronas. Para que esto ocurra, suelen transcurrir al menos dos semanas desde que se comienza a tomar el antidepresivo hasta que empieza su acción antidepresiva", subraya.
Los fármacos antidepresivos se prescriben cuando existe un cuadro clínico de depresión, de ansiedad, o de trastorno obsesivo-compulsivo, según comenta la doctora López. Sobre su eficacia clínica indica que ésta está demostrada, y dependiendo del tipo de trastorno y de su gravedad, es necesario tomar más o menos dosis y además durante unos meses o de forma más prolongada.
Hay otras alternativas a estos fármacos
"En cualquier caso, será el profesional médico el que determine la dosis necesaria, y el tiempo necesario de toma del fármaco. Los fármacos antidepresivos no son necesarios en todos los casos de depresión clínica", asevera la miembro de la SEPSM.
De hecho, mantiene que en los casos de depresión leve y moderada hay otras opciones terapéuticas que son "tan eficaces como la medicación": "Por ejemplo, la psicoterapia o el ejercicio físico. En el caso de la depresión grave, siempre son necesarios los antidepresivos, y un seguimiento adecuado por parte de un profesional de la psiquiatría".
No generan dependencia
Los antidepresivos no producen dependencia, tal y como aclara, si bien precisa que es necesario un uso continuado para lograr una acción eficaz sobre los síntomas depresivos. "En algunos pacientes es suficiente el tratamiento durante pocos meses. En estos casos, el profesional que supervise el tratamiento indicará una reducción paulatina del fármaco hasta su suspensión. En otros pacientes, será necesario un uso prolongado, por la gravedad de los síntomas, o bien porque el paciente haya tenido varias recaídas. Será el médico quien ajuste la dosis de tratamiento necesaria según la sintomatología del paciente", aclara esta doctora.
En cualquier caso, esta experta defiende que el tratamiento de forma ininterrumpida es necesario en algunos pacientes que han presentado varios episodios de depresión para para prevenir recaídas: "El tratamiento crónico con antidepresivos no produce ningún daño en el organismo, e investigaciones han demostrado que puede inducir una neuroplasticidad en el cerebro, mejorando su funcionamiento, así como la salud neuronal".
A su vez, resalta la doctora López que la toma crónica de fármacos antidepresivos, al igual que ocurre con otro tipo de fármacos, como los antihipertensivos, o los fármacos que controlan el colesterol, en ocasiones es necesaria para prevenir recaídas.
"Los episodios de depresión causan neurotoxicidad en el cerebro dañando las neuronas, por lo que es muy importante una toma adecuada del tratamiento farmacológico para lograr la estabilización de los síntomas, y conseguir la mayor salud cerebral posible. En cualquier caso, siempre será un profesional, el que debe supervisar el tratamiento y aconsejar al paciente sobre la dosis y el tiempo que debe mantener el tratamiento", concluye esta especialista.
¿Qué impacto tiene la ansiedad y la depresión en la economía de España?
Según el informe 'La salud mental: el reto invisible', con datos de la consultora Iqvia, y los datos públicos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social e Inmigración, el desglose del impacto económico directo durante los años 2019-2021 revela que el gasto que implicaron los trastornos de salud mental en 2019 fueron de 1.306 millones de euros, en 2020 de 1.189 millones y en 2021 aumentaron hasta 1.514 millones.
Para dar forma al documento, los componentes que se consideraron en estos gastos son los derivados de la medicación (tanto de productos CH, consumo retail y consumo hospitalario considerando el coste total), blos gastos derivados de los ingresos hospitalarios que implican la ansiedad y depresión y los gastos por bajas temporales.
En las bajas temporales sólo se han tenido en cuenta la componente de la Seguridad Social, excluyendo la implicación económica para las empresas o la pérdida de productividad. El coste de las bajas laborales es el de mayor relevancia en la salud mental.
En este análisis tampoco se han tenido en cuenta, por ejemplo, los costes derivados del uso de la atención primaria, especializada o urgencias que no implique un ingreso hospitalario. Si se considerasen todos estos costes el impacto económico aun sería mayor.
Consumo mundial de antidepresivos
Los datos de la OCDE sobre el consumo de medicamentos recetados para tratar la depresión, y que recoge Statista, muestran que en 2015, el consumo de antidepresivos en España ascendía a 73 dosis diarias definidas por cada 1.000 habitantes, mientras que en 2022 este era de 98,4 según datos provisionales para ese año. Un escenario que no sólo ocurre en España, sino que se ha generalizado en muchos otros países.
Islandia sigue teniendo uno de los niveles más altos de uso de antidepresivos del mundo, con un consumo medio de 157,3 dosis diarias definidas por cada 1.000 habitantes en 2022.
Portugal y Canadá también presentan una proporción superior a 100 dosis por cada 1.000 personas al día. Los lugares con los niveles de consumo más bajos en 2021 y 2022 de los analizados por la OCDE son Letonia, Hungría, Costa Rica, Corea del Sur, Croacia y Lituania, con dosis diarias de este tipo de fármacos inferiores a 40 por cada 1.000 habitantes.