Ni frotar con un anillo de oro ni con una llave hueca: esta es la forma correcta de eliminar este problema de los ojos
- La solución en cualquier caso pasa por la aplicación de calor
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elEconomista.es
Una de las afecciones más comunes de la vista son los orzuelos, esos pequeños bultos de color rojo y algo molestos que suelen aparecer de forma espontánea al borde del párpado. Están causados principalmente por una infección bacteriana de las glándulas sebáceas y pueden ser de dos tipos: externo (en la base de la pestaña) o interno (en el interior del párpado), según explica la Universidad de Navarra.
El tratamiento más efectivo para curar los orzuelos pasa por la aplicación de calor en la zona afectada, de manera que se acelere el drenaje del contenido infeccioso, así como aliviar los síntomas. En algunos casos, los antibióticos y antiinflamatorios también pueden ser de gran utilidad, aunque solo se emplean en los casos más complicados.
Si bien, tradicionalmente también existen numerosos remedios caseros dentro de la sabiduría popular y que son bastante particulares los expertos en salud no recomiendan utilizarlos. Algunos de los más conocidos son frotar el orzuelo con un anillo de oro o con una llave hueca. La explicación que justifica ambos remedios caseros es que al frotar, la fricción crea calor que puede resultar beneficioso.
Sin evidencia científica
En cualquier caso, lo más aconsejable es que se sigan siempre las recomendaciones de los médicos y expertos, puesto que este tipo de "tratamientos" no tiene una evidencia científica sólida, de hecho, podrían llegar a agravar los síntomas.
Aunque la mayoría de orzuelos son inofensivos para la salud de la vista y suelen desaparecer por sí solos al cabo de unos pocos días, es posible que los síntomas sean verdaderamente molestos para la mayoría de las personas. Entre estos destaca el dolor al parpadear, lagrimeo constante, sensación de tener un cuerpo extraño o "arenilla" en el ojo, y, en los casos más graves, puede dar lugar a la hinchazón de todo el párpado.
La causa principal suele ser una infección bacteriana, aunque otros factores como el estrés y los cambios hormonales pueden ser responsables de la aparición de los orzuelos, así como algunas enfermedades de la piel como el acné, la rosácea o la dermatitis seborreica.