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¿Te suelen crujir las articulaciones cuando te agachas? Estas son las vitaminas que podrían faltarte

Imagen de archivo. | Fuente: Freepik

elEconomista.es

Escuchar un leve "clack" de nuestras rodillas cuando hacemos algún movimiento suele ser algo común en muchas personas, pero que solemos obviar en muchos casos, puesto que no va seguido de ningún tipo de dolor o molestia. Sin embargo, podría tratarse de algo más importante de lo que parece, ya que en muchos casos se debe a una deficiencia de vitaminas esenciales.

La dieta mediterránea es una de las más completas que existen en todo el mundo, por lo que si se sigue esta, es no suele ser común que una persona presente un marcado déficit de algún nutriente. Aun con todo, los alimentos ultraprocesados carecen en gran medida de los nutrientes necesarios y su consumo está en auge en los últimos años.

No obstante, es normal que el propio organismo manifieste en ocasiones algunas síntomas comunes que indican una falta de algunos de estos nutrientes. Algunos de estos síntomas son movimientos extraños de los ojos, pérdida de memoria, problemas de concentración y también el habitual crujido de rodillas.

Falta de vitamina D y calcio

Este chasquido normalmente no está estrechamente relacionado con la deficiencia de vitaminas, sino más bien por el envejecimiento o falta de lubricación. Si bien, en otros casos esto puede indicar una falta de vitamina D y de calcio. La vitamina D es la que contribuye a la absorción de calcio por lo que ambos nutrientes son especialmente esenciales para una buena salud ósea.

El calcio está presente en los lácteos, verduras de hoja verde, algunos tipos de pescado y frutos secos. Mientras que la vitamina D es menos común que se encuentre de forma natural en gran cantidad de alimentos, aunque destacan algunos como los pescados grasos, la yema de huevo, el hígado y frutos secos como pistachos, almendras, nueces y avellanas.

La forma de prevenir la falta de nutrientes ha de hacerse a través de una dieta equilibrada y variada, basada en alimentos frescos y naturales como frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescados. Asimismo, también es importante una exposición moderada al sol así como beber suficiente agua al día.