Salud Bienestar

La común manía que tienen 7 millones de españoles y que tiene consecuencias muy negativas para la salud

Imagen de archivo. | Fuente: iStock

Arianna Villaescusa

Uno de los hábitos más comunes entre muchas personas de todo el mundo es morderse las uñas, lo que también se conoce como onicofagia. En España, se calcula que aproximadamente el 15% de las personas se muerde las uñas de forma habitual, lo que se traduce en unos 7 millones. Según los psicólogos, este es un signo de ansiedad que además puede tener consecuencias negativas para la salud general del cuerpo.

Aunque sea sinónimo de ansiedad, también puede producirse por estrés o por simple aburrimiento, especialmente común entre los niños. Si bien a simple vista parece una conducta inofensiva, esta puede tener efectos realmente negativos en la salud de la persona que lo padece, como:

  • Infecciones y daños en las uñas. Morder las uñas puede provocar pequeñas heridas que hace que haya una mayor exposición a las bacterias y las infecciones, llegando incluso a dañar las cutículas. Uno de los efectos más visibles es la apariencia en las manos, haciendo que se vean "poco cuidadas".
  • Problemas dentales. Esta acción recurrente puede afectar a los dientes provocando un desgaste de estos, así como en las encías, mala alineación e, incluso, mal aliento.
  • Problemas psicológicos. Este comportamiento compulsivo puede empeorar el bienestar emocional de la persona, antes sentimientos de incomodidad y una mayor sensación de impotencia.
  • Infecciones en del tracto gastrointestinal. Las manos y las uñas en general presentan gran cantidad de bacterias al estar en constante contacto con todo tipo de superficies, lo que puede hacer que estas sean ingeridas y den lugar a molestias estomacales o infecciones gastrointestinales.

Otras causas

La onicofagia también puede verse motivada por otras causas más allá de la ansiedad o el aburrimiento, por ejemplo, si se trata de un hábito adquirido en la infancia. Si los padres, hermanos u otros familiares suelen comerse las uñas de forma recurrente, puede ser que los niños desarrollen este comportamiento por imitación. Asimismo, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) suelen también desarrollar este tipo de costumbres.

En cuanto a la forma de dejar atrás la onicofagia, la realidad es que no existe un método único y totalmente infalible, ya que depende en gran medida de cada persona. Si bien, mantener las uñas cortas, utilizar esmaltes con sabor amargo, mantener las manos ocupadas o conseguir lograr manejar el estrés y la ansiedad pueden reducir significativamente la frecuencia de esta práctica.

En cualquier caso, es muy importante aprender a identificar los desencadenantes que llevan a este tipo de situaciones, así como la consideración de practicar ejercicios de meditación o respiración. Si se trata de un hábito que afecta a tu vida diaria, es fundamental que busques ayuda a un profesional para que pueda poner solución a esta problemática.