Una neuróloga advierte del síntoma muy común que comparten las personas con riesgo de sufrir un ictus

Investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Global Health Observatory, afirman que el ictus continúa siendo la segunda causa de mortalidad y la tercera causa de discapacidad a nivel mundial, con una incidencia y prevalencia mayor en mujeres. Aproximadamente un 30% de los pacientes pueden tener síntomas previos, de aviso, de escasa duración que alertan de la situación.

En noviembre de 2024, se realizó un estudio publicado en la revista de la Academia Americana de Neurología que, de la mano de la neuróloga Catriona Reddin, encontraba una asociación del riesgo vascular con accidente cerebrovascular grave. Esta investigación arrojó un resultado de lo más interesante ya que se descubrió un síntoma muy común entre personas que habían padecido un ictus grave o leve.

Tal y como se explica en el artículo científico, "la hipertensión, la fibrilación auricular y el tabaquismo tuvieron una magnitud de asociación más fuerte con el accidente cerebrovascular grave (en comparación con el accidente cerebrovascular no grave), mientras que el aumento de la relación cintura-cadera tuvo una magnitud de asociación más fuerte con el accidente cerebrovascular no grave.

El síntoma más común entre personas que han sufrido un ictus es la hipertensión. El 74% de los pacientes que padecieron este accidente grave, mostraban claros niveles de hipertensión. Se trata de una auténtica revelación ya que se demostró que aquellos que tienen la presión sanguínea excesivamente alta tienen 3,2 veces más posibilidades de vivir un episodio grave de esta afección.

Esta investigación asegura que la hipertensión es el factor de riesgo modificable más importante de un accidente cardiovascular a nivel mundial, es decir, detectar este síntoma puede estar relacionado con la posible aparición de un ictus y es la demostración más común entre los afectados, pero también una excelente manera de prevenirlo.

No obstante, eso no implica que padecer hipertensión signifique directamente que corre el riesgo de sufrirlo. Vigilar la presión arterial es fundamental para prevenir este tipo de accidentes pero también para asegurar una vida saludable y sin posibles complicaciones. Se considera tensión elevada o excesiva a partir de 140/90 mmHg.