Salud Bienestar
Estos son los 15 factores que aumentan el riesgo de demencia precoz, según un importante estudio
elEconomista.es
La demencia es la pérdida de la función cerebral y afecta a una o más funciones cerebrales como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio o el comportamiento. Suele aparecer en edades avanzadas y la mayoría de los tipos son poco frecuentes en personas menores de 60 años. A medida que se envejece se tienen más posibilidades de padecerla.
Aunque sea más común en adultos mayores, cada año se diagnostica demencia de inicio precoz a cientos de miles de personas. La mayoría de investigaciones sobre este tema se han centrado en la genética transmitida de generación en generación pero un nuevo estudio ha identificado 15 factores de estilo de vida y de salud asociados al riesgo de demencia precoz.
Según el epidemiólogo David Llewellyn, de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, "se trata del mayor y más sólido estudio de este tipo jamás realizado". Para él, lo más emocionante es que "por primera vez revela que podemos tomar medidas para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad tan debilitante, actuando sobre una serie de factores".
Los investigadores analizaron datos recogidos en 356.052 personas menores de 65 años en el Reino Unido. El bajo nivel socioeconómico, el aislamiento social, las deficiencias auditivas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la depresión se asociaron a un mayor riesgo de padecer demencia precoz.
La falta de vitamina D y los niveles elevados de proteína C reactiva (producida por el hígado en respuesta a la inflamación) también suponían un mayor riesgo, al igual que tener dos de las variantes del gen ApoE4 (un escenario genético ya relacionado con la enfermedad de Alzheimer).
Los investigadores describieron la relación entre alcohol y la demencia precoz como compleja. Mientras que el abuso de alcohol conllevaba un mayor riesgo, el consumo moderado o excesivo se correlacionaba con un riesgo menor, posiblemente porque las personas de este segundo grupo suelen ser más sanas en general.
Un mayor nivel de educación formal y una menor fragilidad física (medida a través de una mayor fuerza de prensión de la mano) también se asociaron con un menor riesgo de demencia precoz. El neuroepidemiólogo Sebastian Köhler, de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), afirma: "Ya sabíamos por las investigaciones sobre personas que desarrollan demencia a una edad avanzada que hay una serie de factores de riesgo modificables".
"Además de los factores físicos, la salud mental también desempeña un papel importante, como evitar el estrés crónico, la soledad y la depresión", asegura el experto. Estos resultados no prueban que la demencia esté causada por estos factores pero ayuda a investigar más para desarrollar mejores tratamientos y medidas preventivas.
La demencia puede ser algo cuyo riesgo podemos reducir llevando una vida más sana. "La demencia de aparición temprana tiene consecuencias muy graves, porque las personas afectadas suelen tener trabajo, hijos y una vida ajetreada", afirma el neurocientífico Stevie Hendriks, de la Universidad de Maastricht.