Salud Bienestar
Síntomas de mieloma múltiple: ¿Tiene cura? Descubre cómo se trata
- Se origina en las células plasmáticas, responsables de producir anticuerpos
- Su amplia variedad de síntomas puede complicar su diagnóstico temprano
- Representa entre el 10% y el 15% de los cánceres hematológicos (de la sangre)
elEconomista.es
El mieloma múltiple es un tipo de cáncer hematológico que afecta a las células plasmáticas, un tipo de glóbulos blancos presentes en la médula ósea que juega un papel crucial en el sistema inmunológico. Aunque es menos común que otros tipos de cáncer, el mieloma múltiple representa aproximadamente el 1% de todos los cánceres y entre el 10% y el 15% de los cánceres hematológicos.
Esta enfermedad es compleja y presenta una amplia gama de síntomas, lo que puede dificultar su diagnóstico temprano. Sin embargo, los avances en la medicina han mejorado significativamente las herramientas para tratar la enfermedad, permitiendo a muchos pacientes mantenerla a raya durante largos períodos.
Qué es el mieloma múltiple
El mieloma múltiple es un cáncer que se origina en las células plasmáticas, las cuales son responsables de producir anticuerpos para combatir infecciones. En el mieloma múltiple, las células plasmáticas cancerosas proliferan de manera descontrolada en la médula ósea, desplazando a las células normales y produciendo cantidades anormales de proteínas conocidas como inmunoglobulinas o proteínas M. Esta sobreproducción puede causar daño a diferentes sistemas del cuerpo, incluyendo los huesos, los riñones y el sistema inmunológico.
A medida que el mieloma múltiple progresa, las células cancerosas forman tumores en los huesos, llamados plasmocitomas, y pueden afectar la estructura ósea, aumentando el riesgo de fracturas. Además, las proteínas M pueden acumularse en los riñones, llevando a insuficiencia renal.
El mieloma múltiple es una enfermedad crónica, y aunque actualmente no tiene cura, los tratamientos modernos pueden controlar la enfermedad durante años, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Síntomas del mieloma múltiple
El mieloma múltiple presenta una variedad de síntomas, que pueden tener distintos niveles de gravedad según el estadio de la enfermedad y de los órganos afectados. Algunos de los síntomas más comunes son los siguientes:
- Dolor óseo: Es uno de los síntomas más frecuentes y suele afectar la espalda, las costillas o la pelvis. Este dolor es resultado del daño óseo causado por los plasmocitomas.
- Fracturas óseas: Debido a la debilidad de los huesos, las personas con mieloma múltiple tienen un mayor riesgo de fracturas, incluso con traumatismos mínimos.
- Fatiga: La anemia, causada por la disminución de la producción de glóbulos rojos debido a la ocupación de la médula ósea por células cancerosas, puede provocar fatiga extrema y debilidad.
- Infecciones frecuentes: La función inmunológica se ve comprometida debido a la disfunción de las células plasmáticas, lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones.
- Insuficiencia renal: La acumulación de proteínas M en los riñones puede llevar a insuficiencia renal, manifestada por síntomas como hinchazón en las piernas, fatiga y disminución de la producción de orina.
- Hipercalcemia: La destrucción ósea libera calcio en el torrente sanguíneo, lo que puede causar náuseas, vómitos, estreñimiento, sed excesiva y confusión mental.
Diagnóstico
El diagnóstico del mieloma múltiple suele implicar una combinación de pruebas de laboratorio, estudios de imagen y biopsias. Las principales pruebas incluyen:
- Análisis de sangre y orina: Se busca la presencia de proteínas M y otros marcadores, como la beta-2 microglobulina, que indican la actividad del mieloma. La electroforesis de proteínas en suero y orina es una prueba clave para detectar la proteína M.
- Biopsia de médula ósea: Una muestra de médula ósea se analiza para detectar la presencia de células plasmáticas anormales y confirmar el diagnóstico de mieloma múltiple.
- Pruebas de imagen: Radiografías, resonancias magnéticas y tomografías computarizadas se utilizan para evaluar el daño óseo y detectar posibles plasmocitomas.
- Citometría de flujo y estudios genéticos: Estas pruebas permiten caracterizar las células cancerosas y determinar la agresividad del mieloma, lo que es crucial para planificar el tratamiento.
Causas
Las causas exactas del mieloma múltiple no son completamente comprendidas, aunque se sabe que involucran una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunas de las posibles causas y factores de riesgo son:
- Alteraciones genéticas: Mutaciones en los genes que regulan la proliferación celular pueden conducir a un crecimiento descontrolado de las células plasmáticas.
- Factores ambientales: La exposición prolongada a radiación, productos químicos tóxicos o ciertas infecciones virales podría aumentar el riesgo de desarrollar mieloma múltiple.
- Predisposición genética: Aunque el mieloma múltiple no es hereditario en un sentido estricto, tener un familiar cercano con la enfermedad puede aumentar ligeramente el riesgo.
- Edad y sexo: El mieloma múltiple es más común en personas mayores de 60 años y afecta más frecuentemente a hombres que a mujeres.
- Obesidad: Algunos estudios sugieren que la obesidad puede ser un factor de riesgo para desarrollar mieloma múltiple, aunque se necesita más investigación para confirmar esta relación.
Tratamiento del mieloma múltiple
El tratamiento del mieloma múltiple depende de la etapa de la enfermedad, la edad del paciente, su estado general de salud y las características específicas del cáncer. Existen diversas opciones según el caso específico:
- Quimioterapia: Utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. Es uno de los pilares del tratamiento y puede administrarse en combinación con otros tratamientos.
- Terapias dirigidas: Medicamentos como los inhibidores de proteasomas y los anticuerpos monoclonales atacan específicamente las células cancerosas, bloqueando las señales que permiten su crecimiento.
- Inmunoterapia: Mejora la capacidad del sistema inmunológico para combatir el mieloma. Esta puede incluir el uso de anticuerpos monoclonales o tratamientos con células CAR-T, que modifican las células T del paciente para atacar las células cancerosas.
- Trasplante de células madre: En pacientes adecuados, el trasplante autólogo de células madre puede ser una opción para prolongar la remisión de la enfermedad. Este tratamiento implica la recolección de células madre del paciente, seguido de una dosis alta de quimioterapia para eliminar las células cancerosas, y posteriormente la reinfusión de las células madre para reconstituir la médula ósea.
- Radioterapia: Se utiliza para tratar áreas específicas donde el mieloma está causando dolor o daño significativo.
- Tratamiento de soporte: Incluye medicamentos para prevenir y tratar complicaciones del mieloma, como bifosfonatos para fortalecer los huesos, y tratamientos para la anemia y la insuficiencia renal.
En conclusión, el mieloma múltiple es una enfermedad grave, compleja y desafiante, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, los pacientes pueden vivir durante muchos años con una buena calidad de vida. La investigación continua y el desarrollo de nuevas terapias están mejorando las perspectivas para las personas que viven con esta enfermedad.