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Qué es el herpes Zóster o 'culebrilla', una infección viral que puede causar una erupción dolorosa en la piel: estos son sus síntomas

  • Esta enfermedad es causada por el mismo virus que provoca la varicela
  • Se suele manifiestar como una erupción cutánea dolorosa y llena de ampollas
  • Puede transmitirse a personas que no han tenido varicela ni han sido vacunadas
La vacuna contra el herpes zóster es una herramienta clave para prevenir la enfermedad.

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El herpes zóster, comúnmente conocido como culebrilla, es una infección viral que puede causar una erupción dolorosa en la piel. Esta enfermedad es causada por el mismo virus que provoca la varicela, el virus varicela-zóster. Aunque cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster, el riesgo aumenta con la edad y otros factores.

En este artículo abordamos en detalle qué es el herpes zóster, sus síntomas, causas, formas de contagio, tratamiento y quiénes deben vacunarse para prevenir esta afección.

¿Qué es el herpes Zóster?

El herpes zóster es una infección que se manifiesta generalmente como una erupción cutánea dolorosa y llena de ampollas. Esta condición ocurre cuando el virus varicela-zóster, que permanece inactivo en los tejidos nerviosos después de una infección previa de varicela, se reactiva años más tarde. Aunque no se sabe exactamente por qué el virus se reactiva, se cree que factores como tener una edad avanzada, un sistema inmunológico debilitado, el estrés y otras enfermedades pueden contribuir a su reactivación.

Síntomas del herpes Zóster

El síntoma más característico del herpes zóster es una erupción dolorosa que generalmente aparece en un lado del cuerpo o la cara. Antes de que aparezca la erupción, muchas personas experimentan dolor, picazón o una sensación de hormigueo en el área afectada.

Otros síntomas comunes son:

  • Dolor intenso, que puede ser agudo, ardiente o punzante.
  • Sensibilidad al tacto.
  • Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras.
  • Fiebre y escalofríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Fatiga y malestar general.
  • Sensibilidad a la luz.

La erupción del herpes zóster generalmente sigue el trayecto de un nervio específico, llamado dermatoma, y suele limitarse a un solo lado del cuerpo. En algunos casos, puede afectar áreas como los ojos o los oídos, lo que puede llevar a complicaciones más serias.

Infografía sobre la aparición de la erupción provocada por el herpes Zóster.

Causas y forma de contagio del herpes Zóster

La causa del herpes zóster es la reactivación del virus varicela-zóster. Después de que una persona se recupera de la varicela, el virus permanece en un estado inactivo en el sistema nervioso, específicamente en los ganglios nerviosos cerca de la médula espinal y el cerebro. Años más tarde, el virus puede reactivarse debido a factores como:

  1. Envejecimiento.
  2. Sistema inmunológico debilitado por enfermedades como el VIH/SIDA o tratamientos como la quimioterapia.
  3. Estrés físico o emocional severo.

El herpes zóster en sí no es contagioso. Sin embargo, el virus varicela-zóster puede transmitirse a personas que no han tenido varicela ni han sido vacunadas contra ella, causando varicela en lugar de herpes zóster. El contagio ocurre a través del contacto directo con las ampollas abiertas del herpes zóster.

Tratamiento del herpes Zóster

El tratamiento del herpes zóster se centra en reducir los síntomas, acelerar la curación y prevenir complicaciones. Los tratamientos más frecuentes son los siguientes:

  • Antivirales: Medicamentos como aciclovir, famciclovir y valaciclovir pueden acortar la duración de la erupción y reducir el dolor si se administran en las primeras 72 horas después de la aparición de los síntomas.
  • Analgésicos: Para aliviar el dolor, se pueden usar analgésicos de venta libre como ibuprofeno o paracetamol, y en casos más severos, medicamentos más fuertes como opioides.
  • Cremas y lociones: Productos que contienen capsaicina o lidocaína pueden proporcionar alivio temporal del dolor y la picazón.
  • Corticosteroides: En algunos casos, los médicos pueden recetar corticosteroides para reducir la inflamación y el dolor.

Además, es importante mantener las áreas afectadas limpias y secas para prevenir infecciones secundarias.

Vacuna del herpes Zóster: ¿cuándo y cómo ponérsela?

La vacuna contra el herpes zóster es una herramienta clave para prevenir esta enfermedad. Existen dos vacunas principales: Zostavax y Shingrix. Shingrix es la vacuna más recomendada en la actualidad debido a su mayor eficacia.

  1. Shingrix: Es una vacuna recombinante que se administra en dos dosis, con un intervalo de dos a seis meses entre ellas. Está recomendada para adultos de 50 años o más, independientemente de si han tenido herpes zóster o no.
  2. Zostavax: Es una vacuna viva atenuada que se administra en una sola dosis. Aunque aún está disponible, su uso ha disminuido en favor de Shingrix debido a su menor eficacia a largo plazo.

La vacunación es especialmente importante para personas mayores de 50 años, ya que el riesgo de desarrollar herpes zóster y sus complicaciones, como la neuralgia postherpética, aumenta con la edad. También se recomienda para personas con problemas inmunitarios, bajo la guía de un profesional de salud.