Salud Bienestar

Una normativa ágil y la protección de información, las tareas pendientes de España para introducir el Espacio Europea de Datos Sanitarios

  • EIT Health Spain indica que el país presenta una serie de ventajas para su implementación, pero son necesarios una serie de cambios

Rocío Antolín

En las altas esferas de Europa se está cocinando el Espacio Europeo de Datos Sanitarios, una iniciativa que permitirá que las personas posean el control de sus propios datos. Da igual que atiendan a un paciente en Alemania, Francia o Italia porque el sanitario tendrá la información. España cuenta con ventajas para su implementación, aunque todavía necesita una normativa ágil y asegurar la protección de los datos, entre otros.

Además de las mencionadas, es necesario definir la asignación estratégica de recursos, distribuir las funciones y responsabilidades para su gobernanza, desarrollar servicios y soluciones técnicas eficientes, normalizar y volcar todos los datos para que sean interoperables, según un informe de EIT Health Spain – forma parte del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología -, las tareas pendientes de España, además de las mencionadas. El texto final para su regulación estará listo a mediados de 2024 y auguran que el espacio comience a funcionar en 2025.

El documento también indica que España no cuenta con un marco jurídico adecuado para el uso de estos datos. Este hecho se traduce en reticencias de las instituciones a compartir datos en el ámbito de la asistencia sanitaria, "debido a un conocimiento jurídico insuficiente y la falta de certeza sobre cómo puede y debe hacerse". "Es fundamental la aprobación de una ley específica de salud digital para poder implementar adecuadamente este plan. Y esa legislación nacional deberá armonizarse con la europea", explica el vicepresidente de la Asociación Europea de Derecho de la Salud, Joaquín Cayón.

El Espacio Europeo de Datos Sanitarios debe contener unas normas y directrices para el intercambio de datos en el sector sanitario. Este será coordinado a nivel nacional por las autoridades sanitarias digitales para la utilización primaria de esta información – acceso al registro de datos sobre la salud de los pacientes – y por otros organismos para su uso secundario – por ejemplo, investigaciones -. En el caso de España, todavía está por definir qué organismos asumirán este rol y si habrá modelos diferentes para la elaboración de políticas, la investigación y la innovación.

También ven necesario aprovechar las iniciativas que ya han llevado a cabo las comunidades autónomas respecto a la digitalización de los datos sanitarios. "Madrid, Cataluña y Aragón, entre otros; tienen ya bastante experiencia en este campo, implementando desde hace años iniciativas locales para el uso secundario de datos", afirma la responsable de innovación y proyectos internacionales dentro de la dirección general de investigación y docencia de la consejería de Sanidad de Madrid, Ana Miguel.

Por otra parte, los expertos coinciden es que es necesario un cambio cultural entre la sociedad. Los datos sanitarios servirán para realizar nuevas investigaciones, medicina de precisión y personalizada, entre otros. Por ello, piensan que es necesario transparencia y que los pacientes sepan qué se va a hacer con esos datos.

Asimismo, España figura entre las cinco primeras regiones en el continente en digitalización de datos. También está a la cabeza mundial en investigación clínica. "Cuenta con estrategias y programas públicos, pero también financiación para avanzar en la transformación digital del sistema sanitario", afirma la directora de EIT Health Spain, Izabel Alfany.