Salud Bienestar
Las picaduras de medusas y cómo debemos actuar ante ellas
- En la mayoría de los casos causan síntomas leves y solo son graves en casos muy excepcionales
Rocío Antolín
La playa es uno de los destinos favoritos para pasar las vacaciones de verano. La combinación de agua y mar la convierten en el lugar perfecto. Sin embargo, todo puede estropearse si una medusa se cruza en el camino y te pica. Para actuar correctamente ante una picadura, es fundamental conocer los síntomas y saber que pasos se deben dar.
La medusa es un animal invertebrado con tentáculos, transparentes y gelatinosos. Esta parte de su organismo está diseñada para cazar y defenderse. Contienen células urticarias que segregan una toxina cuando entran en contacto con otros seres vivos.
La picadura de este invertebrado se presenta en forma de erupción (ronchas, habones o vesículas). Provoca dolor, picor intenso y enrojecimiento e inflamación de la zona afectada. De igual importancia, la distribución del veneno por el organismo, tras la picadura, puede conducir a una sensación de opresión torácica, calambres musculares e, incluso, dificultad respiratoria. También puede originar angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y dolor de cabeza. No obstante, estos síntomas ceden pocas horas después de la picadura.
Las medusas que se encuentran en las playas españolas no son muy venenosas, por lo que su picadura no suele tener otros efectos de gravedad. Sin embargo, sí podría ocurrir una reacción más grave si la picadura afecta a la población de riesgo, por ejemplo, niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con alergia o problemas cardíacos. Y es que, el mayor riesgo se debe a la acción tóxica de su veneno sobre los órganos que puede originar una parada cardíaca, respiratoria o ambas.
Es esencial conocer qué hacer en caso de una picadura de este invertebrado para minimizar el daño y promover una pronta recuperación. Según los profesionales, lo primero que se debe hacer para cuidar la picadura es limpiar la zona afectada con suero fisiológico o agua salada (es mejor no usar agua dulce). Esto facilita la eliminación del veneno en la piel. Además, para ayudar a controlar el dolor se debe sumergir la zona afectada en agua caliente del mar a una temperatura de alrededor de 40 grados durante entre 30 y 60 minutos.
En caso de que haya restos de tentáculos, es importante deshacerse de ellos con unas pinzas y nunca usando las manos. Además no se debe frotar la herida con toallas o arena. También recomiendan poner frío durante un cuarto de hora para aliviar el dolor y prevenir que el veneno se extienda. Asimismo, los expertos aconsejan acudir a un centro médico de urgencia si el dolor es muy intenso o si el estado de salud empeora.
Carabela portuguesa, la más peligrosa
La carabela portuguesa es una de las medusas más conocidas de las playas del litoral atlántico español. No obstante, pueden ser arrastradas y aparecer en el Mar Mediterráneo. Se consideran las más venenosas y peligrosas. Además, su picadura es muy dolorosa y su potente veneno puede conllevar un shock neurogénico y por tanto, un peligro de ahogamiento.
En realidad la carabela portuguesa no es una medusa. Se trata de una fisalia (familiar de las medusas). No obstante, puede diferenciarse de otras ya que tiene dos partes: una que flota en el agua y parece una vela de color violeta transparente, y otra sumergida en la que se encuentran los tentáculos de color azul. Un dato curioso es que estos pueden llegar a los 20 metros y son muy urticantes.