Las reacciones alérgicas a los alimentos se multiplican por Navidad
- Las más graves se producen cuando la persona come fuera de su domicilio
Ana Sánchez
Las Navidades se caracterizan por la ingesta de comidas más copiosas de lo habitual y por los excesos en la alimentación. En esta época del año, a la vez que abundan los encuentros familiares y las cenas de empresa y con amigos, también lo hacen las alergias a los alimentos. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en estas fechas se multiplican los casos de reacciones alérgicas a los alimentos. Estas se manifiestan de varias formas: como transgresiones dietéticas voluntarias o involuntarias o bien con el debut de nuevos casos de alergia a alimentos.
El 70% de las reacciones alérgicas graves se producen cuando la persona come fuera de su domicilio. "Actualmente, siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren cuando se come fuera de casa, y justamente, en estas fechas son frecuentes las comidas en familia, en casas ajenas o restaurantes. Lo que a veces ocurre es que se preparan recetas diferentes que no se suelen consumir el resto del año y como consecuencia, es probable que no se conozcan todos los ingredientes que contienen los platos", explica Mª Carmen Diéguez Pastor, presidenta del Comité de Alimentos de la SEAIC.
El marisco y los frutos secos son los alimentos que más reacciones alérgicas producen durante las fechas navideñas. En el caso de los frutos secos, son los que producen más visitas a la consulta en la población pediátrica. Pero dentro de este grupo de población otras alergias muy frecuentes en estas fechas, pero que también son numerosas durante todo el año, son aquellas relacionadas por el consumo de huevo y lácteos.
Las reacciones alérgicas a alimentos suelen aparecer a los pocos minutos del contacto o ingesta del alérgeno. Una mínima cantidad puede ser suficiente para desencadenar una reacción grave. Las manifestaciones clínicas de la alergia suelen ser leves, siendo las más habituales los picores cutáneos. Los síntomas más severos serían aquellos relacionados con el aparato digestivo (náuseas, vómitos, diarreas), con el respiratorio (dificultad para respirar, ruidos respiratorios o sibilancias). Otros síntomas conocidos son los relacionados con el empeoramiento de una dermatitis atópica y la rinitis y el asma, aunque estos dos últimos suelen ser mucho menos habituales.
Pero los expertos también advierten del peligro de los alérgenos ocultos en esta época. Estos se caracterizan por una presencia en el alimento difícil de detectar antes de su consumo. Pueden causar desde molestias leves a problemas de salud graves como la anafilaxia. "Estos alérgenos se encuentran, especialmente, en los alimentos procesados, a los que se les añaden ciertas sustancias, como, por ejemplo: proteína de soja, caseína, gluten de trigo, extractos de levaduras, o derivados de maíz o avena, entre otros, con el objetivo de mejorar su aspecto, sabor, textura o color", afirma la experta.
Por esta razón, los alergólogos inciden en la importancia de informar siempre, tanto al anfitrión como al personal del restaurante, de la alergia que se padece. "Para evitar este tipo de situaciones se debe informar siempre al anfitrión o al personal del restaurante a qué alimentos se tiene alergia. En el caso de la hostelería es importante pedir el listado de alérgenos, vigilar la posibilidad de contaminación, al cocinar o servir con utensilios que se hayan usado para otros alimentos, y leer detenidamente el listado de los ingredientes en el caso de alimentos procesados", concluye Diéguez Pasto.