Salud Bienestar

La normativa europea de datos sanitarios busca la confianza de los pacientes para mejorar la innovación

  • Las fechas que maneja la Comisión Europea para poner en marcha la iniciativa apuntan a 2025

Ana Sánchez

La Comisión Europea continúa trabajando en la puesta en marcha del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS). La iniciativa, que actualmente se encuentra en tramitación parlamentaria, buscará consolidarse como uno de los pilares de la 'Unión Europea de la Salud Fuerte' para abrir nuevas perspectivas a la investigación y la innovación. El EEDS abordará los retos específicos de la salud en al acceso e intercambio de datos sanitarios electrónicos. Sin embargo, se enfrenta al desafío de ganarse la confianza de los pacientes para mejorar la innovación.

El organismo europeo está trabajando en ofrecer la seguridad necesaria para que los pacientes sean conscientes de la importancia que tiene compartir los datos. En contrapartida con la desconfianza generada en torno a la seguridad en la compartición de datos, el colectivo se muestra ilusionado con el proyecto por los beneficios que podrá aportar en materia de innovación. "Que el Espacio Europeo de Datos comience con los datos de salud sitúa a Europa en un buen escenario y, sobre todo, a los pacientes europeos en un escenario en el que van a ganar en salud, porque los sitúa en el centro del sistema. Permitirán visibilizar la vida de los pacientes y abordar sus necesidades no cubiertas", afirma Pedro Carrascal, director general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).

Las fechas que maneja el organismo europeo para poner el espacio en marcha apuntan a 2025. "El EEDS nos va a dar una ventaja competitiva enorme en temas de innovación. Ahora empezamos la negociación, pero nos preocupan las diferencias existentes entre los diferentes países de la UE y la cantidad de recursos que necesitamos. En estos momentos estamos negociando con la industria el tema de propiedad intelectual, de gobernanza y la regulación sectorial", afirma Susana Solís, europarlamentaria y suplente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad.

El reglamento se articula en base a dos patas. La primera se corresponde con el uso primario de los datos para que los ciudadanos accedan de forma gratuita a su expediente electrónico de salud. La segunda pata establece que el conjunto de los sistemas sanitarios de la UE puede beneficiarse del uso secundario de los datos. Es aquí donde se están encontrando la mayor parte de las dificultades. "Algunos países están insistiendo en que querrían que se recogiese el derecho de los ciudadanos a oponerse al uso secundario de sus datos porque sus legislaciones sanitarias ya los tienen", explica Lucía Escapa, jefa del Gabinete Técnico de la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud.

Entre los horizontes del proyecto se encuentran la creación de un mercado único de productos y servicios sanitarios digitales que impulsen la eficiencia del sistema y que permita a las personas controlar sus datos sanitarios, tanto si se encuentran en su país de origen como en otro Estado miembro. Para garantizar la seguridad en materia de protección de datos, la iniciativa se apoya en los artículos 16 (derecho a la protección de los datos de carácter personal y 114 (adopción de medidas para armonizar los mercados nacionales) del Tratado de la UE. 

Estas cuestiones se han puesto de manifiesto durante la celebración de la segunda edición de 'Diálogos con Europa. Una visión compartida del futuro en salud', organizada por la compañía alemana Boehringer Ingelheim. Durante el encuentro, todos los expertos presentes han coincidido en que la crisis generada por el Covid-19 ha unido a la Unión Europea para afrontar los futuros retos con una "mayor celeridad", a la vez que ha contribuido a que sea mucho más rápida y eficaz en la toma de decisiones.