Un estudio atribuye los fallos masivos en la gestión de la pandemia a la falta de cooperación
- La Comisión Lancet explica que el Covid-19 ha retrasado los objetivos de la Agenda 2030
Ana Sánchez
A principios de enero de 2020, un brote de Covid-19 de origen desconocido detectado en Wuhan (China) alertaba a las autoridades mundiales por su alta tasa de infección. Poco después, en marzo de ese mismo año, el Gobierno de España decretaba el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. Dos años y medio después, una Comisión de 28 expertos de The Lancet analizan con retrospectiva los fallos que se cometieron durante la gestión de la pandemia.
Hasta el 31 de mayo de 2022 se reportaron 6,9 millones de fallecimientos, pero todo ello sin tener en cuenta los 17,2 millones de muertes estimadas por Covid-19, según informaba el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud. Ante este dato, los expertos tildan el número de muertos como un fracaso global masivo en múltiples niveles como consecuencia de la falta de cooperación internacional. "Cuando el brote se dio a conocer a nivel mundial, la mayoría de los gobiernos de todo el mundo fueron demasiado lentos para reconocer su importancia y actuar con urgencia en respuesta. La coordinación entre los gobiernos fue inadecuada en las políticas para contener la pandemia", sentencian.
Con la incursión del Covid-19 se han retrasado los objetivos de la Agenda 2030 como consecuencia de una financiación insuficiente. En claves de recuperación económica, desde la Comisión explican que depende de mantener altas tasas de cobertura de vacunación y bajas tasas de nuevas infecciones, así como de políticas fiscales y monetarias para mitigar los efectos socioeconómicos de la pandemia y prevenir una crisis financiera. "El financiamiento global de emergencia del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo desempeñó un papel saludable, aunque se justificaron flujos financieros mucho mayores de las regiones de ingresos altos a las de ingresos bajos", plasman.
Las diferencias económicas entre países están detrás de una mayor o peor gestión de la pandemia. Generalmente, los países de ingresos altos y los sistemas de salud fuertes fueron capaces de abordar mejor el virus y mantener los servicios de salud no relacionados con la pandemia. Por su parte, los países de bajos y medianos ingresos se acogieron a las experiencias previas con brotes y epidemias para solventar los problemas que iban surgiendo como consecuencia del Covid-19.
Los expertos explican que el rápido desarrollo de vacunas ha sido un triunfo del sistema de investigación y desarrollo, pero achacan el acceso inequitativo a las vacunas como una falta de un enfoque multilateral y coordinado por parte de los gobiernos para gestionar los derechos de propiedad intelectual, la transferencia de tecnología, la financiación internacional, la asignación de vacunas de las empresas farmacéuticas multinacionales y el apoyo a la producción de vacunas en los países de ingresos bajos y medianos.
Medidas futuras
Con el objetivo de controlar la pandemia, la Comisión propone que todos los países adopten una estrategia de vacunación que combine la vacunación generalizada con medidas de prevención de salud pública y las medidas financieras adecuadas. De cara a futuras amenazas pandémicas, aconseja reforzar los sistemas sanitarios nacionales con una inversión de 60.000 millones de dólares anuales y adoptar planes nacionales de preparación para la pandemia.
De la misma forma, la Comisión recomienda que se aumente el presupuesto básico de la Organización Mundial de la Salud con la intención de fortalecerla y reclama un esfuerzo en los países del G20 para reforzar sus capacidades de I+D, la inversión en infraestructuras y la capacidad de fabricación de las herramientas críticas para el control de la pandemia (pruebas, vacunas, diagnósticos, tratamientos, EPI), junto con el apoyo y la formación del personal sanitario en los países de ingresos bajos y medios.
Respuesta de la OMS
La respuesta de la OMS al informe difundido por la Comisión Lancet sobre el Covid-19 no ha tardado en llegar. El organismo que rige la salud mundial ha asegurado que en el texto hay "omisiones clave" y "malas interpretaciones" sobre la gestión de la pandemia del coronavirus, especialmente en lo relativo a la emergencia de salud pública de importancia internacional.
La OMS indica que "no transmite el arco completo de la respuesta inmediata, plurianual y salvavidas" que ha llevado a cabo desde el principio. Para ello, destaca fechas clave como el 30 de diciembre de 2019, momento en el que recibió las primeras alertas de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan (China), o el 12 de febrero de 2020, cuando se dirigió un Foro mundial de investigación e innovación sobre el nuevo virus para hacer un balance de lo que se sabía y establecer la agenda a seguir.