España está a la cola de Europa en el desarrollo de nuevos antibióticos
- El país ocupa la octava posición europea con dos moléculas en marcha
Ana Sánchez
El desarrollo de nuevos antimicrobianos continúa siendo un reto para las autoridades que rigen la salud en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó que las resistencias se encontraban entre las diez primeras causas de muerte e incidió en la necesidad de innovar en la investigación de nuevos antimicrobianos porque el tiempo se estaba agotando.
Hace casi más de una década, la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas lanzó un reto para que en el año 2020 existiesen al menos diez nuevos antibióticos. Este hecho generó importantes movimientos en agencias de todo el mundo. Sin embargo, la situación de España no es especialmente buena si se compara con otros países del entorno más cercano.
Según el último informe publicado por la OMS, España ocupaba la octava posición europea en el desarrollo de antimicrobianos. En 2020, España tenía en marcha dos nuevos antibióticos. Países vecinos como Reino Unido, Francia, Suiza o Alemania se situaban muy por delante de España en el desarrollo clínico y preclínico de nuevas moléculas antimicrobianas.
Reino Unido era el país que lideraba el ranking europeo con un total de catorce antibióticos en marcha. Por detrás de los británicos se encontraban Francia, con trece, y Suiza, con diez. En posiciones más alejadas de estos tres países, pero superando a España en cifras, se localizaban Alemania, Rusia, Suecia y Países Bajos; con seis, cinco, cuatro y tres, respectivamente.
La apartada posición española con respecto a otros países del entorno europeo encuentra su justificación en la falta de apoyo e incentivos por parte de las agencias. A pesar de ello, el país ha participado en un proyecto europeo para desarrollar moléculas que se hubiesen quedado por el camino o para posicionarlas en el futuro. Aunque las cifras han superado lo que se esperaba, la mayor parte de las innovaciones en este campo vienen de iniciativas pequeñas que salen de departamentos de comunicación, específicamente un 83%.
Muchos antibióticos no llegan a la fase final porque las expectativas que se crean inicialmente no se corresponden con lo esperado. Este hecho está ocasionando que muchas multinacionales se alejen de la producción de novedades. "Las farmacéuticas tienen la misión de descubrir nuevos fármacos, pero el retorno de la inversión económico de un antimicrobiano suele ser muy bajo en comparación con otro tipo de medicamentos. Esto ha propiciado que las grandes farmacéuticas hayan abandonado la investigación de antimicrobianos para centrarse en otro tipo de terapias", explica Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal.
La resistencia a los antibióticos es uno de los retos más importantes al que se enfrenta la humanidad del siglo XXI. La eficacia para mejorar la supervivencia y el progreso de la sociedad se está agotando porque los nuevos antibióticos no solucionan todos los problemas. El horizonte dibuja una situación crítica y la OMS ya alertó de que las novedades que se hallaban en fases clínicas no resolvían lo suficiente el problema de la farmacorresistencia de las bacterias más peligrosas de todo el mundo.