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Azúcar en sangre en bebés: cuáles son los niveles normales

Medición de nivel de glucosa en sangre de un bebé. Firma: iStock

elEconomista.es

Los bebés, al igual que cualquier persona, necesitan azúcar (glucosa) en la sangre para obtener energía. La diferencia con los demás, es que la mayor parte de esa glucosa es utilizada por el cerebro. El feto recibe la glucosa de la madre a través de la placenta durante el tercer trimestre del embarazo y este lo acumula en su hígado en su forma de glucógeno y así lo tendrá almacenado al nacer para afrontar la adaptación cardiovascular, respiratoria y metabólica.

Cuando el bebé nace, obtiene la glucosa de la madre a través de la leche materna o la fórmula. También, él mismo lo puede producir algo de glucosa en el hígado. El azúcar es imprescindible para que el organismo funcione de manera correcta, al ser una importante fuente de energía. Hay que tener en cuenta que el nivel de glucosa normal en los niños no es igual en los adultos.

Niveles de azúcar en sangre en bebés

Es recomendable conocer cuáles son los niveles de glucosa en sangre recomendables en bebés y en niños. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), estos son los valores correctos:

  • Durante el primer año del bebé, la glucosa normal está entre los 7 y 9 mg/kg/min.
  • Del primer año hasta los 6, los niveles deben situarse entre 6 y 7 mg/kg/min.
  • Hasta los 14 años, deben estar entre 5 y 6 mg/kg/min.

Por qué puede bajarle el azúcar en sangre a un bebé

Hay que tener en cuenta que los niveles de glucosa en sangre de un bebé pueden bajar si:

  • Hay demasiada insulina (hormona que extrae la glucosa de la sangre) en la sangre.
  • El bebé no puede producir suficiente glucosa.
  • El organismo del bebé usa más glucosa de la que produce.
  • El bebé no obtiene de la alimentación la glucosa que necesita.

Factores de riesgo en bebés de tener azúcar en sangre bajo

En los siguientes casos, el nivel de azúcar bajo en la sangre es más probable:

  • Los bebés que nacieron prematuros, tienen una infección grave o precisan de oxígeno nada más nacer.
  • Los bebés cuyas madres padecen diabetes.
  • Los bebés que han crecido en el útero durante el embarazo más despacio de lo esperado.
  • Los bebés que son más pequeños o más grandes en comparación a su edad gestional.