Hablamos con Alana, 'La hija del jeque', y nos comparte los productos imprescindibles para un buen maquillaje del día a día

Su nombre completo es Naika Alana Porras Espinoza, pero la mayoría la conoce como La hija del jeque. Tiene raíces ecuatorianas, nació en Madrid y con sólo 10 meses se trasladó a Mazarrón (Murcia), que es el lugar que la ha visto crecer y al que le debe parte de su descaro y de su gracia. Tiene 24 años y un carisma que conquista a más de medio millón de seguidores en su Instagram y 1,6 millones en Tik Tok, los escaparates que la impulsaron en su carrera como maquilladora. Su espontaneidad para hablar de cualquier tema sin florituras y su disposición a probar cosas nuevas la han llevado también hasta la pantalla, en su papel como Rosa en la serie Hasta el cielo, donde compartía reparto con Miguel Herrán o Carolina Yuste.

En sus inicios, ya maquillaba a Bad Gyal, Sita Abellán o La Zowi, pero si tuviera que decantarse ahora mismo por algún nombre elegiría maquillar a Cardi B, Kim Kardashian o Rosalía, a las que admira por su talento e historias de superación. Para Alana el maquillaje es mucho más que su pasión, ya que fue su salvavidas hace años cuando atravesaba una depresión. De hecho, sólo hay que echar un vistazo a sus trabajos para ver que está decidida a devolver a esta industria el favor con creces.

Háblame de ti. De tus orígenes, del lugar dónde te has criado, de tu familia.

Mi madre es de Ecuador y mi padre es español. Yo nací en Madrid, pero con solo 10 meses nos trasladamos a Mazarrón, un pueblo en Murcia. Allí crecí y me crié en un barrio humilde, lo que ha marcado mucho mi forma de ver la vida y valorar cada paso que doy.

¿A qué edad empezaste a interesarte por el mundo del maquillaje? ¿Cuál ha sido tu formación?

Empecé a interesarme por el mundo del maquillaje a los 18 años, en un momento difícil de mi vida. Tras atravesar una depresión y sentir que no encontraba mi camino, maquillarme me ayudó a conectar conmigo misma y descubrir cuál era mi propósito.

En cuanto a mi formación, comencé con un máster de 11 meses en Murcia, que me dio una base sólida. Después continué aprendiendo con diferentes profesionales en cursos privados, tanto internacionales como nacionales, en modalidades online y presenciales. Siempre busco seguir formándome y creciendo en este campo.

¿Hubieras cambiado algo de tus inicios en este sector desde la perspectiva actual?

Tal vez me habría centrado desde el principio en la formación de cursos, que es lo que hago ahora y lo que realmente me apasiona. Actualmente estoy desarrollando mi proyecto Luxury Empowerment, y en este ámbito me siento plenamente realizada. Sin embargo, no habría cambiado nada de mi camino. Aunque en su momento di tumbos probando diferentes cosas como el modelaje o la actuación, todas esas experiencias me ayudaron a adquirir las herramientas y la claridad para descubrir cuál es mi verdadero propósito.

¿Qué es lo que más te inspira del maquillaje? ¿Algún personaje, profesional del sector o ritual especial?

Lo que más me inspira del maquillaje es lo que me produjo a mí cuando atravesé una depresión y descubrí que esto era lo que realmente me apasionaba. El maquillaje no solo eleva la imagen externa y mejora el aspecto estético, sino que también tiene un impacto profundo en la autoestima y el bienestar interior. Lo que más me motiva es ver cómo, al maquillar a otras personas, no solo cambio su apariencia, sino que reflejan un cambio en su energía y seguridad. La mirada de una persona, cómo brilla cuando se siente segura de sí misma, es lo que más me inspira y lo que me sigue impulsando en mi trabajo.

Si tuvieras que elegir sólo a una (o unas pocas), ¿a qué famosas te gustaría maquillar?

Mi sueño sería maquillar a Cardi B porque me inspira su personalidad descarada y su historia de superación porque viene de abajo. A Kim Kardashian porque es la reina del marketing, es una gran emprendedora, muy enfocada y clara en sus objetivos. Y a Rosalía, porque como española, es un claro ejemplo de cómo internacionalizarse, además es súper versátil y es capaz de adaptarse a cualquier estilo sin perder su esencia.

¿Qué productos son imprescindibles para ti en un buen maquillaje? ¿Cuáles recomiendas?

Los productos imprescindibles para un buen maquillaje serían un corrector para cubrir imperfecciones, un colorete líquido o tinte para las mejillas, un lápiz y fijador de cejas, máscara de pestañas y un lip balm. Con estos productos, puedes conseguir un look fresco y arreglado de manera sencilla, ideal para el día a día.

En el día a día, ¿qué productos no faltan en tu rutina de cuidado facial?

Mi rutina de skincare se basa en productos que hidraten y mantengan mi piel fresca. Como te mencioné antes, utilizo un jabón suave, seguido de un serum con ácido hialurónico y niacinamida, contorno de ojos para hidratar esa zona delicada y un gel hidratante a base de agua para mantener la piel equilibrada y fresca. Por el momento no uso retinoides. ¡Espero que aún me quede tiempo para eso!

¿Qué tendencia crees que arrasará este año dentro de este segmento?

No suelo creer en las tendencias de maquillaje, ya que prefiero enfocarme en la creatividad individual. De vez en cuando, me gusta hacer un maquillaje más sofisticado que represente las tendencias actuales, pero para mí el maquillaje es más una forma de arte que una moda. Creo que es importante expresarse a través de los colores, brillos, sombras y delineados, sin seguir simplemente lo que dicta la corriente.

También impartes cursos de maquillaje. ¿Qué pueden aprender tus alumnas aquí?

En mis clases de maquillaje, mis alumnas aprenden a resaltar su belleza natural mientras desarrollan su confianza y mentalidad de éxito. En Luxury Empowerment, no solo enseño técnicas de maquillaje de alta calidad, sino que también las guío a través de un proceso de autodescubrimiento y empoderamiento. Ayudo a cada mujer a crear una visión clara de sus metas, a superar bloqueos y a sentirse más segura en su imagen y en sus decisiones, tanto dentro como fuera del espejo.