Salud Bienestar
Una mujer de 44 años confunde los síntomas de esta enfermedad y meses después le diagnosticaron cáncer de colon
- Su marido asegura que a pesar de estar enferma, sus últimos días fueron algunos de los más felices de su vida
- Investigadores españoles demuestran que la colonoscopia y la prueba de sangre oculta en heces son equivalentes para detectar el cáncer colorrectal
- El cáncer repite por segundo año consecutivo como la principal causa de muerte en España: los de pulmón y colon, los más letales
Daniel Ceped
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de colon es el tercer tipo de tumor más frecuente en el mundo, además de la segunda causa de muertes relacionadas con el cáncer en hombres y mujeres. Uno de los principales riesgos de esta enfermedad es que algunos de sus síntomas pueden confundirse fácilmente con molestias comunes y, a priori, poco relevantes como pueden ser el cansancio, la hinchazón o la acidez.
En el caso concreto de las mujeres, varias de las molestias iniciales que produce el cáncer colorrectal son similares a los de la perimenopausia, un periodo anterior a la menopausia en el que es normal tener dolores estomacales. Por esa razón, los expertos insisten en no subestimar las señales y acudir a consulta para detectar el tumor en su fase inicial.
El caso de Laura Dawson
Según The Mirror, Laura Dawson, una mujer inglesa de 44 años y madre de dos hijos, falleció el pasado 29 de junio por culpa de un cáncer de intestino que le detectaron en etapa 3 a pesar de que meses antes comenzó a sentir hinchazón y fatiga. Aunque las molestias se mantuvieron durante varias semanas, Laura asoció los dolores a la perimenopausia, y no le dio demasiada importancia.
Sin embargo, una noche de marzo de 2024 comenzó a sentir un dolor tan intenso que apenas podía moverse. Rápidamente acudió al hospital, donde le realizaron una cirugía de emergencia para extirpar una obstrucción intestinal. Aunque no hubo complicaciones en la operación, el diagnóstico fue claro: tenía un tumor que ya se había propagado a ganglios linfáticos cercanos.
Su esposo Ben Dawson explicó que los primeros meses de quimioterapia fueron prometedores, pero que en septiembre recibieron la peor noticia posible: "El cáncer había vuelto y se había extendido. Fue absolutamente desgarrador". Aún así, Laura probó otros tratamientos hasta que en mayo decidió dejar la quimioterapia porque las pruebas demostraban que solo estaba empeorando y quería disfrutar del tiempo que le quedaba.
"Algunos de los días más felices de mi vida"
Después de abandonar el tratamiento, Laura fue llevada al Hospicio St. Christopher's de Sydenham de Londres, donde según Ben la atención del personal "le permitió pasar sus últimas dos semanas en casa de forma cómoda y digna". En el centro recibió cuidados paliativos hasta que falleció el pasado 29 de junio.
El propio Ben quiso recordar unas palabras de Laura en las que rememoraba cómo pasó su tiempo en el hospicio: "Algunos de los días más felices de mi vida han sido en las últimas semanas. Como sociedad, rehuimos el proceso de morir. Al hacer eso, reforzamos las ideas negativas sobre la muerte. La gente piensa que la muerte siempre será dolorosa y traumática, pero no tiene por qué serlo". Además, añadió que, a pesar del dolor, supieron ver el tiempo que pasaron juntos como una bendición, y que estaban agradecidos porque Laura "podría haber muerto en la mesa de operaciones en marzo".