Indemnizan con 175.000 euros a unos padres que perdieron a su bebé por una negligencia médica: la matrona estaba "mirando el reloj y su móvil"
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elEconomista.es
La Conselleria de Sanidad indemnizará con 175.000 euros a los padres de una bebé que falleció a los tres días de nacer por la incorrecta asistencia sanitaria prestada a la madre durante el parto. Así se desprende de una resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, del servicio de responsabilidad patrimonial de la Conselleria de Sanidad en la que, en sede administrativa, estima parcialmente la reclamación de los padres y establece una indemnización de 174.327,05 euros, de los 200.000 que se reclamaban inicialmente.
La familia, representada por la letrada Carmen Romero, presentó una reclamación ante Sanidad por la asfixia perinatal grave provocada a su bebé en el Hospital de Sagunto por la falta de observancia y valoración de datos reveladores de sufrimiento fetal, que se reflejaban en las gráficas de parto.
El sufrimiento era persistente desde las cinco hasta las ocho horas de la mañana, sin que se realizara a la madre una cesárea necesaria y urgente que hubiera evitado la asfixia neonatal. Esta actuación causó graves secuelas en la menor, que falleció a los tres días, el 20 de febrero de 2013.
La madre rompió aguas sobre las 22 horas del día 17 de febrero de 2013, domingo, por lo que acudió a los servicios de Urgencias del Hospital de Sagunto. En ese momento, tanto ella como el feto se encontraban en perfectas condiciones. Se trataba de una gestación a término y sin complicaciones previas.
La mujer ingresó en el centro sanitario y le atendió una matrona, quien le exploró y comprobó que tenía una dilatación de dos-tres centímetros. El ginecólogo hizo entonces una primera revisión y se derivó a la mujer a una habitación en la planta de maternidad.
Transcurridas unas horas, las contracciones se vuelven regulares y la dilatación era de ocho centímetros. La matrona le recomendó que empujara porque la bebé no estaba encajada y le ayudaba con los dedos. Entre las cuatro y las siete y media de la mañana, la actuación de la matrona se limitó a entrar y salir de la habitación, "en un estado de tranquilidad, mirando el reloj, y sentándose en una silla manipulando su móvil". No cumplió las reglas elementales de cautela o diligencias mínimas.
A partir de las cinco horas ya existían síntomas de sufrimiento fetal. El ginecólogo y la matrona que la atendían no adoptaron la decisión de practicar una cesárea urgente frente al sufrimiento fetal que se evidenciaba, ya que existía una dinámica irregular, tal y como se apreciaba en las gráficas de parto.
Según los denunciantes, la actitud de la matrona y del ginecólogo estuvo totalmente alejada de los protocolos médicos y de la 'lex artis' pues, pese a tener conocimiento de la situación, no actuaron. A las seis de la mañana los síntomas de sufrimiento fetal ya eran alarmantes.
Sin embargo, siguió sin acordarse la cesárea. La madre permaneció entre las cinco y las ocho horas y diez minutos empujando y sin recibir una cesárea. "Debería haberse practicado una cesárea pero mantuvieron una actitud expectante y esperaron al cambio de turno, con inobservancia y descuido de los más elementales deberes de cuidado exigibles, vulnerando las reglas más elementales de cautela o diligencia para que los compañeros del nuevo turno tomaran una decisión y no alargar, así, su horario laboral".
A las ocho de la mañana, en el cambio de turno, entró otra matrona que, alarmada por la situación en la que se encontraba la madre y la bebé, rápidamente la situó en la camilla en posición de potro y dio toque de alarma a los ginecólogos del nuevo turno. El nonato presentaba un estado deplorable.
Inmediatamente informaron al marido de la parturienta que la iban a derivar a paritorio y a quirófano. En esta ocasión se le administró oxitocina y le realizaron una epistomía. Con ayuda de una ventosa nació la bebé a las 8.36 horas.
La bebé, a consecuencia de la dilación en el periodo expulsivo, nació sin atención a estímulos, es decir, sin llorar ni respirar. Inmediatamente la entubaron y le pautaron adrenalina así como masaje cardíaco. Fue trasladada al Hospital La Fe de València, donde falleció a los tres días.