Salud Bienestar
Los efectos de beber alcohol para la calvicie y la pérdida de cabello
- El consumo de alcohol es un comportamiento muy extendido y se estudia sus repercusiones en la salud
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elEconomista.es
La alopecia androgénica (AGA) es una enfermedad frecuente que afecta a millones de hombres y mujeres en todo el mundo. Es la forma más frecuente de pérdida de cabello, puede afectar al aspecto y la autoestima de una persona, generando preocupación por el envejecimiento y las percepciones sociales.
La AGA se debe a factores genéticos y hormonales, también se han estudiado factores relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, la dieta o el estrés.
El consumo de alcohol es un comportamiento muy extendido a lo largo del mundo. Por ello, se estudia sus repercusiones en la salud, incluidos enfermedades como el daño hepático y las enfermedades cardiovasculares.
No se sabe con certeza si el consumo de alcohol puede influir o agravar la caída del cabello, en particular la AGA. Se cree que el acetaldehído, un subproducto del metabolismo del alcohol, puede interferir en el entorno inmunitario del cuero cabelludo, un factor que podría contribuir a la AGA.
Investigadores de la Universidad Nacional de Pusan (Corea del Sur) estudian el consumo de alcohol en la salud capilar y la posible asociación entre la alopecia androgénica y el consumo de bebidas alcohólicas. Para ello han realizado una revisión de distintas investigaciones y concluyen que, aunque el alcohol puede aumentar el riesgo de caída del cabello en los hombres, no existe una correlación significativa entre ambos, por lo que se necesitan estudios de cohortes más amplios con directrices claras para aclarar esta cuestión.
El estudio descubrió que, aunque los individuos que consumen alcohol pueden tener una probabilidad ligeramente mayor de experimentar AGA en comparación con los no bebedores, esta asociación no es estadísticamente significativa", explica el profesor Kim. Las probabilidades de AGA entre los bebedores resultaron ser 1,4 veces superiores a las de los no bebedores, pero con un amplio margen de incertidumbre.
Los estudios transversales y de casos y controles han mostrado una modesta asociación entre el consumo de alcohol y la AGA, mientras que los estudios de cohortes, que suelen ser más sólidos, no hallaron una correlación significativa. Esta discrepancia sugiere que se necesitan más investigaciones de alta calidad para aclarar si el alcohol tiene algún impacto en el riesgo de AGA.