Retail - Consumo
Así saca provecho la española Nextil de los aranceles de Trump: crece desde Guatemala y quintuplicará ventas en dos años
- Planea buscar un socio y hacer una compra en Portugal
- La textil ha salido de pérdidas tras cerrar los negocios que no eran rentables
- El CEO de la compañía explica como ha logrado transformar la compañía en apenas un año
Javier Romera
En abril de 2024 Nextil decidió reorganizar por completo su estructura y fichó como nuevo consejero delegado a César Revenga, hasta entonces responsable de Ezentis. En apenas unos meses, ha logrado una reducción de la deuda financiera a la mitad, pasando de 57,9 millones de euros en 2023 a 29 millones al cierre del último ejercicio gracias, según dice, a la optimización operativa, la venta de activos no estratégicos, la generación de caja y la ampliación de capital llevada a cabo el pasado mes de diciembre, así como la conversión de deuda y obligaciones en capital.
Después de haber perdido 9 millones de euros en 2023, la compañía ha cerrado ahora el último ejercicio con un beneficio neto de 3 millones y se marca ahora como objetivo buscar un socio y hacer una compra en Portugal. "En el plan estratégico 2024-2026 que anunciamos al mercado en junio anunciamos ya que íbamos a entrar en beneficios y hemos estado por encima de lo esperado. Y lo más importante además es que hemos conseguido sanear el balance y reducir la deuda", explica Revenga. El directivo recuerda que, además de la ampliación llevada a cabo en España por 20,7 millones de euros, se ha hecho otra operación similar en la filial de Guatemala por 7,5 millones de dólares (unos 7 millones de euros), que ha permitido la entrada en el capital de un socio local con una participación del 25%. Tras haber atravesado una situación financiera complicada, Business Gate, propietario del 59,4% del capital, ha decidido apostar por la empresa e impulsar así a partir de ahora una estrategia de crecimiento.
Líneas de negocio
El consejero delegado de Nextil explica que "actualmente tenemos tres líneas de negocio distintas. Una es de producción de tejido, que se desarrolla íntegramente en Guatemala; compramos el hijo, lo transformamos en tejido y lo vendemos al retail o a las confeccionadores para la elaboración de la prenda. Otra línea el diseño y confección de prendas en Portugal para marcas de lujo europeas como Burberry, Prada o Yves Saint Laurent. Y, por último tenemos Greendyes, que está especializada en soluciones de tintado sostenible sin ningún tipo de derivado de la industria petroquímica. Producimos en España el pigmento natural, pero luego tenemos colaboraciones con empresas de tintado en Portugal, España y ahora también en Pakistán".
La empresa textil cuenta así ahora con una fábrica en Guatemala, otra en Braga (Portugal), un centro de producción en Zaragoza y un laboratorio en Madrid. Nextil cerró el año pasado con una facturación de 24 millones, lo que representa un ajuste en comparación con los 38,9 millones de 2023 debido a la reestructuración de la compañía y su enfoque estratégico en líneas de negocio más rentables, pero, según explica ahora Revenga, "el objetivo es alcanzar en 2026 los 120 o 130 millones de euros, lo que supone cinco veces más". Y no solo eso. Porque el plan estratégico supone también quintuplicar el ebitda (resultado bruto operativo), hasta 25 millones de euros en este periodo de dos años.
Reestructuración
"Hay que tener en cuenta que la fábrica de Guatemala se terminó en junio, no se inauguró hasta octubre y no ha desarrollado los primeros pedidos importantes hasta el pasado mes de diciembre, incluyendo una primera exportación a China", explica Revenga. De hecho, el año pasado prácticamente no hubo facturación allí y este ejercicio está previsto alcanzar los 34 millones. Y algo parecido ocurre también con la línea de tintado sostenible. Según el directivo, "era un proyecto de I+D que no estaba industrializado y que tuvo unos ingresos residuales en el último año". Revenga recuerda que "en 2023 Nextil tenía cinco líneas de negocio y dos de ellas perdían mucho dinero y se tuvieron que cerrar, uno de fast-fashion en España y una fábrica de tejido elástico en Estados Unidos que se vendió". En 2022 el grupo había bajado ya la persiana de su fábrica en El Masnou (Barcelona) y al año siguiente vendió asimismo la planta de Estados Unidos "que estaba obsoleta y tenía unos costes muy altos".
La instalación a Guatemala ha permitido ahora reducir sustancialmente los gastos y seguir exportando al mercado norteamericano sin pagar aranceles gracias al Tratado Cafta de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. Revenga no teme así la imposición de aranceles porque "se trata de un tratado totalmente estable y, al revés, mientras que nosotros no tendremos aranceles muchos de nuestros competidores en México, Turquía, Marruecos o China es posible que sí que los tengan, con lo que tendremos una ventaja competitiva". Además, según dice, "Guatemala ofrece condiciones fiscales muy ventajosas y no se paga IVA ni impuesto de Sociedades en los diez primeros años de actividad cuando le vendes a un cliente estadounidense", indica Revenga. Más allá de centrarse en los negocios más rentables y abandonar aquellos que daban pérdidas, el consejero delegado de Nextil reconoce también que "se ha hecho un ajuste muy importante en el área corporativa, que tenía un coste de 4 millones de euros al año y que ahora tiene un gasto de 1,2 millones".
Economía circular
Más allá de la reestructuración del negocio, el consejero delegado de Nextil está convencido de que la sostenibilidad puede ser otra de sus palancas de crecimiento. "Estamos obsesionados con ello porque creemos que es el futuro del textil. Actualmente, el 20% de las aguas residuales en el planeta proceden de la industria textil y eso hay que cambiarlo. Tiene que haber sostenibilidad en la materia prima y en el proceso productivo, además de un trato laboral justo y un proceso de seducción al consumidor. Y, además, hay que lograr la rentabilidad con procesos mucho más eficientes", explica. Nextil quiere garantizar así su futuro sobre la base de la sostenibilidad.