Las bodegas de Ribera del Duero, en guardia ante la crisis del vino: prohibirán nuevos viñedos en 2026

Las bodegas de Ribera del Duero han aprobado rechazar nuevas autorizaciones de viñedo en el año 2026, después de que los viticultores protestasen por la ampliación para el próximo año. El sector bodeguero es mayoritario en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen.

Con la crisis del vino como telón de fondo por la caída del consumo de los tintos, los bodegueros de la Ribera del Duero han decidido seguir la senda de otras denominaciones de origen como Rioja y rechazar nuevas vías para plantar viñedo.

La Asociación de Bodegas de Ribera del Duero (Asebor) que agrupa a la práctica totalidad de las compañías elaboradoras de la prestigiosa denominación abordó el tema en la reunión celebrada la pasada semana, en la que se impuso el cierre a nuevas plantaciones en 2026 por 88 votos frente a 33, según han confirmado fuentes del sector a elEconomista.es. Asebor tiene mayoría en el Consejo Regulador, con lo que la decisión se puede considerar como definitiva. La prohibición afectará tanto a nuevas autorizaciones como a las replantaciones con "derechos" procedentes de otras denominaciones de origen, que suponen 5 de cada seis nuevas hectáreas que han entrado en producción en los últimos años. Se respetarían, sin embargo, aquellos permisos vigentes de años anteriores que aún entrarían en el plazo para materializarse, muy minoritarios.

De esta manera, las bodegas se alinean con la posición de las organizaciones agrarias y las cooperativas, que han alertado del riesgo de los efectos que puede tener un aumento de la masa vegetal en un momento en el que la tendencia del mercado apuntan a que se consolide la caída del consumo de vinos tintos. Rioja ha cerrado la ampliación en el año 2025 y denominaciones como la francesa Burdeos han puesto en marcha un ambicioso programa de arranque de viñedos. Bodegas y viticultores divididos por el arranque de viñedos.

De hecho, totas las organizaciones agrarias han mostrado durante los últimos días su disconformidad con la decisión "unilateral" del Consejo de permitir el próximo año una de las vías para crecer, la replantación, aunque no se permitirán nuevas autorizaciones. Y es que las bodegas prescindieron es esta ocasión de consultar la opinión de las organizaciones agrarias ante de hacer efectiva su decisión, como venían haciendo tradicionalmente pese a que tienen una representación mayoritaria.

Los viticultores alegaban su posición para limitar totalmente el nuevo viñedo con un informe que detalla la evolución del mercado mundial del vino del que destacan el descenso de las ventas, lo que según estas organizaciones tiene en alerta a todos los actores involucrados en la producción y comercialización al ser el del vino un mercado muy globalizado. Advertían de que "las consecuencias negativas también nos arrollarán si no ponemos remedio a tiempo."

En la última década se han plantado más de 5.500 hectáreas de vid, lo que supone un crecimiento de una cuarta parte de la superficie de cultivo dedicada a viñedos amparados por la DO Ribera del Duero, hasta alcanzar las 27.250 hectáreas.

El sector vitivinícola se enfrenta a un intenso debate sobre la estrategia a desarrollar ante la crisis del vino. En denominaciones como Rioja, la Asociación de Bodegas Familiares ha pedido un plan de arranque para enfrentarse a la caída del consumo. En otras denominaciones, como Rueda, Asaja también lleva tiempo reclamando reducir la superficie actual de cepas. En este caso, el problema no viene por los problemas en el mercado, ya que los blancos crecen en ventas, sino por la sobreproducción de uva derivada de un incremento exponencial durante los últimos años.

La situación en esta denominación ha llevado al Consejo Regulador a solicitar el uso de la uva Godello, en claro ascenso en las preferencias de los consumidores de blanco, desatando una guerra comercial con la DO del Bierzo, en la que esta variedad es autóctona y una de sus señas de identidad.