Cascajares subasta sus capones para devolver a Valencia la alegría en Navidad
- Celebrará un evento benéfico el 26 de noviembre en Madrid
- La empresa lo perdió todo en un incendio en 2023 y lo reconstruyó en un tiempo récord
Javier Romera
"Devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad nos ha dado". Ese es el lema con el que trabaja desde 2010 la Fundación Cascajares, la entidad encargada de canalizar la Obra Social de la empresa palentina de platos preparados y asados gourmet Cascajares. Y ese es el lema también con el que se ha propuesto ahora ayudar a los damnificados por la DANA en Valencia y devolverles algo de alegría en Navidad.
Desde hace 25 años, la Fundación Cascajares realiza su Tradicional Subasta Benéfica de Capones de Cascajares con el fin de recaudar fondos para proyectos que destinen sus recursos a ayudar a la inserción en el mundo laboral de personas con algún tipo de discapacidad. La Subasta es un evento único que se realiza una vez al año en el que se subastan capones vivos, traídos directamente de su granja de Valladolid. Este año la recaudación de la subasta irá destinada a la Casa Caridad de Valencia para financiar diversas becas a estudiantes damnificados por la terrible DANA que azotó la Comunidad valenciana y al proyecto de la Asociación Nuevo Futuro por la inserción de jóvenes con discapacidad.
A lo largo de su andadura, la Tradicional Subasta de Capones de Cascajares ha recaudado más de un millón y medio de euros para diferentes fundaciones. La XXV Subasta Benéfica de Capones se celebrará el próximo día 26 de noviembre en el Teatro Barceló de Madrid, conducida por Anne Igartiburu, Leo Harlem y el tenor Zapata con el patrocinio de Fundación La Caixa.
Al igual que ha ocurrido ahora en Valencia, Cascajares lo perdió todo en enero de 2023 cuando un incendio destruyó su fábrica. Tan solo 15 días, sin embargo, la empresa había retomado la producción en otra planta y tenía ya en marcha la reconstrucción. "No dormía por las noches, tenía pesadillas y veía las vigas de la fábrica cayéndose con el incendio. Mi mujer me llegó a decir que lo dejara, pero no podía. Me salió de dentro una fuerza especial y decir seguir adelante. Por los empleados, por los proveedores, por mis hijas, que no paraban de llorar", recordaba hace un año Alfonso Jiménez, el presidente del grupo, que hoy trabaja ya con total normalidad y que, entre otros proyectos solidarios, ayudó también a reforestar la sierra de la Culebra en Zamora tras el incendio.