Cuando el ketchup se vendía como medicina y no como condimento
- En 1830 se podían comprar pastillas de extracto de ketchup para curar dolencias digestivas
elEconomista.es
En los años 30 del s.XIX la popular salsa roja que ahora usamos para condimentar las patatas fritas, las hamburguesas y los perritos calientes, entre otras comidas (su uso se extiende hasta en las recetas más insospechadas) se recomendaba como remedio medicinal contra la diarrea, la gastritis y otros dolores digestivos.
Aunque el origen del ketchup es un poco confuso, sí es cierto que bebe de tres influencias: la mesoamericana, la china y la inglesa. La primera por lo obvio: el tomate comenzó a ser popular tras el descubrimiento de América, junto con otros alimentos locales como la patata, el maíz, el cacao o la piña.
En cuanto a su origen chino, esta salsa roja nació en el país asiático en una primera versión elaborada con anchoas y con un ligero sabor a caramelo a la que llamaban 'ke-tsiap'. Pero, fue la influencia inglesa la que terminó de perfeccionar el ketchup que conocemos a día de hoy al agregar a la recetar tomates.
'El extracto de tomate del Dr.Miles' para curar el cáncer de próstata
Fue a principios de 1800 cuando el doctor John Cook Bennet se atrevió a introducir el tomate en la receta china, pues hasta entonces esta fruta era considerada en el mundo anglosajón como venenosa, a pesar de que su consumo se extendió desde el sur del continente americano hacía España, Italia y países del mediterráneo. Así, el doctor inglés lanzó al mercado su 'salsa mejorada' como remedio para enfermedades digestivas e incluso como solución para dolores reumatológicos.
En esos años, otro experto medicinal, el norteamericano Archibald Miles, introdujo en el mercado de EEUU "La píldora higiénica americana", aunque cambió el nombre a "El extracto de tomate del Dr.Miles". En resumen, se trataba de unas pastillas con extracto de tomate que el inglés promocionó para curar el colesterol e incluso el cáncer de próstata. No obstante, la realidad era que no existían evidencias científicas de sus propiedades medicinales, y como tal no podían ser vendidas con ese fin.
Es por eso por lo que en 1950 la agencia estadounidense de Food and Drug Administration decidió prohibir la comercialización del producto de Miles y cualquier tipo de publicidad. Para entonces, los estadounidenses ya le habían cogido afecto al sabor del ketchup y mucha gente comenzó a producirlo en su propia casa.
La relación de Heinz y el ketchup
Pero el gran salto del ketchup llegó de la mano Henry John Heinz: un pequeño empresario del sector agroalimentario de Estados Unidos que se dedicaba a la comercialización de condimentos y salsa y que llegó a declararse en bancarrota en 1975, justo un año antes lanzar al mercado la renovada salsa de ketchup.
Ante el vacío que habían dejado las pastillas de Miles en el mercado, Heinz aprovechó para elaborar una nueva receta, evitando añadir conservantes como el ácido bórico, el ácido salicílico y el ácido benzoico, que habían sido utilizados en otras versiones junto con el alquitrán, considerado como cancerígeno en concentraciones superiores al 5%.
En cambio, Heinz aumentó las cantidades de azúcar y vinagre a modo de nuevos conservantes consiguiendo una mejorada receta que pronto comenzó a comercializar en masa. A día de hoy se estima que Heinz vende anualmente alrededor de 650 millones de botellas de ketchup por todo el mundo.