La transformación de Lamucca: de local informal a tener 11 restaurantes
- El grupo de restaurantes 'casual' de Madrid suma ya un obrador, 11 locales y tres conceptos hosteleros
- Su última apuesta eleva su nivel gastronómico en un local de tres ambientes con el sello del chef Andy Boman
- McDonald's, Burger King, KFC, Starbucks, Lizarran y 100 Montaditos suman 940 aperturas: casi tres al día
Javier Mesa
Los hermanos Álex y Ofelia Marín abrieron en 2007 Lamucca, un local de comida informal diferente a lo que había en Madrid y cuyo éxito les hizo crecer de manera orgánica hasta tener un obrador, 11 restaurantes de tres conceptos diferentes que les convierten en un grupo de restauración singular.
Mucho antes de que se popularizaran dentro del mundo de la hostelería moderna española conceptos como casual dining o, más recientemente, el de 'restauración singular', los hermanos Álex y Ofelia Marín del Coso ya habían abierto en 2008 su primer restaurante de Lamucca en la calle Pez, en el barrio de Malasaña. Se trataba de un modelo de negocio poco habitual en la capital en el que se mezclaban influencias barcelonesas y neoyorquinas para ofrecer por precio moderado una comida asequible para todos los gustos y edades en un ambiente moderno y desenfadado.
El éxito de este local precursor del casual dining en Madrid fue tal que de manera orgánica su letrero fue creciendo casi a un ritmo de local por año hasta sumar unos ocho restaurantes de Lamucca en zonas y locales emblemáticos de la capital. "Si en hostelería el primer local que abres va bien o muy bien, es casi inevitable que te lances a por el segundo", asegura Álex Marín, "y nosotros tuvimos la suerte de que funcionara bien, lo que nos llevó a ver que existía un hueco por llenar en el mercado. Pero realmente no hubo un plan definido entonces y a día de hoy sigue sin haber una hoja de ruta clara más allá de aprovechar las pocas oportunidades inmobiliarias que surjan, comprar producto lo mejor posible y seguir dando comfort food de calidad. Creemos mucho en ese modelo".
Aunque su criterio es ofrecer una experiencia high low, es decir, alta calidad de producto a un precio justo, con un ticket de en torno a los 30 euros, el cofundador de Lamucca reconoce que la media no está muy clara porque en sus diferentes locales se puede comer por un amplio rango de precios que van desde los 12 a los 60 por cabeza en función de los platos y la modalidad de consumo. Con esta afirmación, el empresario da pistas de en qué se ha convertido Lamucca en estos tres lustros de existencia. Un modelo de negocio polivalente adaptado a diferentes perfiles de clientela y unos momentos de consumo que no necesariamente van ligados a la comida y la cena. Un formato con el que ellos nacieron y al que ahora se tratan adaptar otros grupos o cadenas conforme sus clientes cambian de hábitos o de perfil.
Diversificación de la oferta
Entremedias, los responsables del proyecto fueron diversificando su oferta más allá de Lamucca, con la apertura de La Pescadería en la calle Ballesta aprovechando la oportunidad de entrada a un local donde se ubicaba una tienda tradicional de venta de pescado en la que ofrecen cocina de mercado. A esta apertura de 2013, siguió en 2021 una réplica en el barrio de Salamanca, en la calle Hermosilla. En ambos casos, los restaurantes sumaron locales anexos para socios y eventos privados denominados Club Fishermans.
Esta flexibilidad a la hora de crear conceptos bajo un mismo paraguas también convierte a los dueños de Lamucca en pioneros en la capital en lo que ahora se conoce como grupos de restauración singular, es decir, empresas que gestionan bajo la misma dirección diferentes modalidades de establecimientos a diferencia de las cadenas de oferta monográfica.
Su penúltimo proyecto, eleva un poco más su propuesta gastronómica con el fichaje del chef sueco Andy Boman, 'El Flaco', para darle forma y un toque de cocina más personal y foodie. Se trata de Ultramarines del Coso, un mismo local en el barrio de Malasaña pero con tres ambientes y propuestas muy diferenciadas. Un restaurante con alma de tasca del siglo XXI con la cocina a la vista, una barra de degustación y una tienda de alimentación con degustación inspirada en los antiguos colmados o ultramarinos. Ahora, su siguiente parada está en un antiguo kiosco del Paseo de Rosales