Cómo vender ropa de segunda mano online sin caer en fraudes ni estafas
- La OCU explica cómo vender sin vulnerar el Código Civil y la Ley de Consumo
- Muchos vendedores deben declarar sus ganancias
elEconomista.es
De acuerdo con los estudios llevados a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el comercio de ropa segunda mano atrae especialmente a las personas jóvenes, en la franja de edad por debajo de los 35 años. Sin embargo, esta moda también encuentra adeptos entre padres de familia, buscadores de gangas o, en general, usuarios concienciados contra el despilfarro.
Plataformas como Vinted, Wallapop o Milanuncios ofrecen la posibilidad de vender artículos de segunda mano de manera sencilla. No obstante, los vendedores deben cumplir con algunas normas de buen uso, así como con algunas obligaciones de carácter comercial o fiscal.
Para que la transacción sea un éxito, la OCU recomienda ofrecer una descripción clara y "ser honesto"; así, se evitará que los compradores se sientan decepcionados y quieran hacer devoluciones. Del mismo modo, aconseja adoptar los siguientes hábitos:
- No cortar las etiquetas de lavado y de talla, ya que serán de ayuda al nuevo propietario.
- Tomar buenas fotografías, con buena luz y fondo liso. Conviene sacar una imagen de la prenda completa, otra a las etiquetas y otra de cualquier detalle concreto. Algunos compradores agradecen ver el efecto de la prenda puesta.
- Etiquetar bien la prenda en el anuncio de la web o aplicación, especialmente en cuanto a su estado (a estrenar, prácticamente nuevo, usado, desgastado, con alguna rotura o mancha, etc.)
- Responder a las preguntar que puedan realizar los interesados.
- Ser flexible con los precios.
- Emplear embalaje 'ecológico'. "Reutiliza cajas de zapatos y bolsas de papel, cubriendo los logotipos de las marcas originales. Después, envuélvelo todo con la bolsa de papel, ciérralo con cinta de embalar, imprime las etiquetas y pégalas en el sobre", aconseja OCU.
Impuestos y garantía
Más allá de las formas, la organización también ofrece algunas claves para no incurrir en alguna falta administrativa o tributaria. En este sentido, la organización distingue entre dos tipos de compraventa: la compraventa entre particulares y la compraventa entre empresas o profesionales. "Cuando la compraventa de ropa se produce entre particulares, las garantías y derechos de reclamación que amparan al comprador se encuentran reguladas por el Código Civil, mientras que si hay una empresa o un profesional de por medio y un particular, están recogidas en la legislación de consumo", explica.
Cuando el vendedor es un profesional, el cliente dispone de 14 días para el desistimiento, de un año de garantía y tiene que añadir el IVA, el IRPF o el Impuesto de Sociedades. En cambio, si el vendedor es un particular, no necesita incluir desistimiento y debe incluir el IRPF si hay ganancia patrimonial. En cuanto a la garantía, debería ser de 6 meses si se trata de algún defecto oculto. "Si la repuesta del vendedor no es favorable, solo quedaría la reclamación ante los tribunales", indica la organización.
Por último, la OCU aclara si los vendedores particulares deben declarar estas ganancias. Por lo general no deben hacerlo, a menos que cumplan una de estas tres condiciones:
- que se realicen más de 30 operaciones al año;
- que el valor de las ganancias supere los 2.000 euros;
- que exista una ganancia patrimonial.
"En caso de que las ventas se vuelvan habituales y los ingresos superen el Salario Mínimo Interprofesional, el vendedor debe darse de alta como autónomo, declarar el IVA correspondiente y cumplir con las obligaciones de los trabajadores por cuenta propia", indica la organización.