Retail - Consumo

Valencia estrena el museo soñado por la vicepresidenta de Mercadona

Hortensia Herrero, con la obra 'La Pamela' de Manolo Valdés

Ángel C. Álvarez
Valencia,

La unión de la cultura con el comercio y el mundo de los negocios ha dado a la ciudad de Valencia algunos de sus momentos de máximo esplendor a lo largo de su historia. Así lo atestigua uno de sus grandes monumentos declarado Patrimonio de la Humanidad, la Lonja de los Mercaderes o de la Seda, que debe su nombre a quienes lo financiaron y acudían a diario a un edificio que también albergó el Consulado del Mar y uno de los primeros bancos de Europa, la Taula de Canvis.

Si en los últimos años ha habido una figura destacada en el mecenazgo del patrimonio cultural de la ciudad, esa ha sido la de la cuarta mujer en la lista de las 100 mayores fortunas españolas según Forbes y la segunda accionista de la mayor cadena española de supermercados, Mercadona: Hortensia Herrero. La vicepresidenta de la empresa de distribución y esposa de Juan Roig está a punto de colocar la guinda al pastel con la inauguración del que ha sido su gran sueño desde hace años: un centro de arte contemporáneo de referencia que quedará ligado para siempre a su nombre.

Este sábado abrirá al público el nuevo Centro de Arte Hortensia Herrero (CAHH) que, además de aumentar la oferta cultural de la capital valenciana, permite a la ciudad recuperar uno de sus edificios emblemáticos, el Palacio Valeriola levantado en el siglo XVII. Han sido necesarios cinco años de trabajos y 40 millones de euros de inversión para rehabilitar y renovar un complejo en el que han aflorado restos de la herencia de una ciudad que atesora más de 2.000 años a sus espaldas.

Desde un fragmento del antiguo circo romano, a restos de la antigua medina musulmana y de la judería, ademas de un antiguo horno medieval, son algunos de esos hallazgos arqueológicos. El antiguo palacio también llegó a albergar a uno de los grandes periódicos locales, Las Provincias, y a finales del siglo XX se convirtió en un local de ocio nocturno testigo de los excesos de la movida valenciana antes de cerrar sus puertas durante lustros.

A partir de este sábado el antiguo palacio y varios inmuebles contiguos a su patio abrirán transformados en complejo cultural con una superficie de más de 3.500 metros cuadrados repartidos en dos edificios de cuatro plantas y con un total de 17 salas de exposición. Su nueva piel servirá de hogar de la Fundación y de la colección privada de arte de la propia Hortensia Herrero. Un catálogo en el que se incluyen un centenar de obras de artistas como Anish Kapoor, Anselm Kiefer, Andreas Gursky, Tony Cragg o Georg Baselitz, habituales en las colecciones de museos como el MoMA de Nueva York, la Tate de Londres o el Pompidou de París.

Además de poder contemplar en el centro de Valencia esa colección permanente, el centro prevé atraer otras exposiciones de referencia y situar a la capital valenciana en la agenda del arte contemporáneo internacional. De hecho, la pasión por el arte contemporáneo de la mujer de Juan Roig ya ha propiciado que su Fundación haya organizado muestras en Valencia de artistas como Jaume Plensa o Manolo Valdés, una de cuyas obras, La Pamela, la propia Herrero donó a la ciudad y hoy forma parte de La Marina.

Para construir este nuevo referente artístico, la vicepresidenta de Mercadona también ha contado con la participación de otro miembro de la familia, su hija Amparo, cuyo estudio, Erre Arquitectura, ha dirigido el rediseño y la rehabilitación del nuevo espacio cultural.

Rescatar iconos culturales

El Centro de Arte Hortensia Herrero se convertirá en el emblema del mecenazgo cultural de la familia dueña de Mercadona, que durante los últimos años ha tenido un papel fundamental en la conservación de varias joyas del patrimonio de la ciudad. Entre la lista de actuaciones, destaca la restauración de las pinturas murales y de la Iglesia de San Nicolás, conocida como la capilla sixtina valenciana, o la rehabilitación del Colegio Mayor de la Seda, todo un símbolo del esplendor económico y social que alcanzó la ciudad gracias a esa industria y su comercio. En ambos casos se han convertido en una visita casi obligada para quienes quieren conocer Valencia. Una labor que la Fundación, que el año pasado contó con un presupuesto de más de 5 millones de euros, continúa ahora con la Iglesia de los Santos Juanes.

El nuevo CAHH reforzará el atractivo cultural de la ciudad del Turia al sumarse a museos como el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el Museo de Bellas Artes San Pío V o el Centro del Carmen. Una oferta a la que en los últimos años también se han sumado espacios impulsados desde el ámbito privado como el Caixaforum en la Ciudad de las Artes o el Centro de Arte Bombas Gens.