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España, la mayor potencia en acuicultura de la Unión Europea

  • El sector denuncia las múltiples dificultades administrativas para lograr licencias a pesar de que se trata de una actividad clave ante el cambio climático y las necesidades alimentarias de la población mundial.

Javier Romera

La acuicultura tiene una historia de 4.000 años, pero ha sido desde hace 50 cuando se ha convertido en una actividad socioeconómica relevante, dando empleo a más de 14 millones de personas en el mundo. Y en ese contexto, España se ha consolidado como la mayor potencia europea. Según el último informe elaborado por Apromar, la Asociación de Cultivos Marinos de España, que agrupa a todo el sector, incluyendo peces, algas, la mayor parte de los crustáceos y algunos moluscos, la cosecha se elevó en el último ejercicio a 326.520 toneladas, con un valor de 760,7 millones de euros. El volumen alcanzado supone un crecimiento del 20,4% respecto al año anterior.

Aunque todavía no hay datos de todos los países correspondientes al último ejercicio, de acuerdo con el informe La Acuicultura en España 2023 elaborado por Apromar, España es el mayor productor de toda la Unión Europa, acaparando casi el 24% del total. En 2021 las instalaciones acuícolas españolas sumaron una producción conjunta de 271.060, lo que nos sitúa muy por encima de Francia, con 198.886 toneladas; Italia, con 145.862 o Grecia, con 143.928 toneladas. La especie de acuicultura más abundante en nuestro país fue en el último año la de mejillón, con un total de 255.218 toneladas en 2022 y un valor estimado de 159,3 millones de euros. En segunda posición se sitúa la lubina, con 23.622 toneladas y 181,6 millones de euros y después ya la trucha arco iris con 16.328 toneladas y 43,6 millones de euros y el atún rojo con 10.877 toneladas y 183,2 millones de euros. "Actualmente existen más de 5.100 establecimientos de acuicultura en producción. Pero de ellos 4.928 son moluscos, debido a la gran importancia que tiene el cultivo del mejillón, y 254 de peces, tanto en aguas continentales, como en tierra y viveros", explica Javier Ojeda, director general de Apromar.

En la asociación, según dice, "agrupamos a unas 42 empresas diversas: productoras de acuicultura, otras que fabrican piensos y otras que ofrecen distintos servicios". En un momento en el que la dependencia de la Unión Europea del exterior es cada vez mayor debido a "la reducción en las capturas de la pesca extractiva", el director general de Apromar resalta las grandes dificultades existentes para abrir un centro de producción.

"La principal dificultad en la acuicultura es el marco administrativo porque resulta excesivamente complejo y se tarda mucho en tramitar una licencia que, a veces, ni se consigue", asegura Ojeda. El directivo explica por ello que la asociación trata de "promover un marco administrativo justo, que propicie el desarrollo sostenible a nivel nacional y europeo para el sector acuícola español adecuado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Estrategias europeas del Pacto Verde, en especial de la Granja a la Mesa, Biodiversidad, Economía Circular y Crecimiento Azul".

En 2022 los 22 países de la Unión Europea alcanzaron entre pesca y acuicultura una producción total de 4,6 millones de toneladas de productos acuáticos, con lo que la tasa de autosuficiencia se situó en el 33%. El 67% en cambio de lo que consumimos es importado. En España, de hecho, según Ojeda, "se importa el 65% de todos los productos acuáticos que se consumen, la mitad en el caso de la dorada o la lubina". Y es que frente a las poco más de 1,14 millones de toneladas de acuicultura producidas en España; los gigantes asiáticos alcanzan niveles muy superiores. China produce 72 millones; Indonesia 14,6 millones; India, 9,4 millones de toneladas y Vietnam 4,7 millones.

El director general de Apromar resalta que "en el caso de la acuicultura marina, existen grandes dificultades para aumentar las producciones debido a las trabas administrativas, lo que complica el inicio de nuevas empresas, salvo que compren instalaciones ya existentes, y eso hace muy difícil que el sector pueda crecer y salir de su estancamiento".

Uso responsable del agua

Ojeda resalta además que en un momento tan complicado como el actual debido a la sequía, que está condicionando la supervivencia de los peces en los ríos, "nuestra actividad hace un uso no consuntivo del agua, es decir, que no lo gasta y que lo devuelve en la misma o mejor condición al medio, que genera empleo en zonas rurales en los que difícilmente llega otro tipo de inversión y que, por tanto, ayuda a fijar población, mejorar la calidad y alimentar a las personas con proteína animal de alto valor". Y pese a ello, denuncia, "no recibe los suficientes apoyos ni ayudas". Las políticas europeas (Pacto Verde, Estrategia del Mar a la Mesa, etc.) sitúan a la acuicultura como pilar fundamental para garantizar el abastecimiento de alimentos de forma sostenible y segura.

Sin embargo, según denuncia Ojeda, "estos mensajes no llegan a escala local y los gobiernos locales que deberían promover tener granjas acuícolas en sus localidades para aumentar el empleo, la economía y el abastecimiento local de alimentos, no lo hacen. En cambio, en muchas localidades priman otras actividades económicas con las que la acuicultura podría convivir, podría establecer sinergias, pero en cambio, esto no ocurre".

Apromar tiene claro que en una situación global como la que vivimos hay un nicho de oportunidades, de cambios, de adaptación y de mejora de nuestros hábitos, nuestros sistemas y modo de vida.

"Es el momento para que la acuicultura ocupe el lugar que le corresponde como actividad clave para alimentar a la población respetando los entornos en los que se desarrolla, ya que cumple estrictas normativas medioambientales y es la actividad ganadera con menor huella de carbono. Tiene además a su favor que el 70% de la superficie del planeta es agua, que su requerimiento de agua dulce es mínimo, que las tasas de reproducción de los animales acuáticos son varios órdenes de magnitud superiores a las de los vertebrados terrestres, y que los animales acuáticos son más eficientes convertidores de su alimento porque flotan en el agua y no consumen energía para mantener su temperatura corporal", aseguran desde Apromar. En 2021 la acuicultura puso en el mercado 126 millones de toneladas, un 2,7% más que el año anterior, con lo que ha logrado superar por noveno año consecutivo a la pesca extractiva. Ahora, en 33,7 millones de toneladas. La acuicultura se convierte así en una alternativa clara y saludable para alimentar a una población que va cada año que pasa en aumento. Pese a las dificultades, es el futuro.