Retail - Consumo

Incarlopsa, la empresa familiar castellanomanchega que factura 1.000 millones de euros con la venta de jamones a Mercadona

Foto: EP.

elEconomista.es

Si usted ha ido en algún momento a comprar a cualquier tienda de Mercadona, quizá haya comprado alguno de sus productos de charcutería. Y, de ser así, puede que le resulte familiar la palabra 'Incarlopsa'. ¿La razón? Es la empresa detrás de un artículo tan familiar como los blíster de jamón serrano que aparecen en la sección de empaquetados de la compañía.

La empresa conquense es proveedora de Mercadona desde el año 2001, que le compra principalmente productos cárnicos y derivados del jamón. Son ya 22 años de trayectoria en los que Incarlopsa se ha afianzado en un escaparate de cara al mercado nacional como es la firma de Juan Roig, pero la asociación con la cadena de supermercados es solo una parte del mismo todo: el de una empresa familiar que nació hace ya 40 años y que ha conseguido cruzar la simbólica barrera de los 1.000 millones de euros de ingresos.

Todo comenzó en 1978 en Tarancón (Cuenca), cuando los cuatro hermanos Loriente Piqueras decidieron montar un negocio dedicado a la producción y elaboración "de productos cárnicos porcinos, de capa blanca, de calidad", según relata la propia compañía en su página web. O, trasladado a la realidad, un negocio en el que se combinaban la matanza de cerdos a domicilio, la gestión de una tienda y un puesto en el mercado de Tarancón y que, con el paso del tiempo y trabajando "24 horas al día (según reconocía en una entrevista a ABC Emilio Loriente Piqueras, CEO de la empresa hasta 2015), aumentó hasta tal punto que se abandonó el matadero municipal de Tarancón para comenzar una andadura ya en solitario en unas nuevas instalaciones propias dentro de la localidad.

Con el paso de las años, lo que comenzó como una empresa familiar (carácter que todavía ostenta a pesar de ser una de las firmas más destacadas del sector cárnico en España) fue ampliando horizontes y tejiendo toda una red de infraestructuras: en 1985 se produjo la primera ampliación de su matadero, en 1999 la empresa se expandió a Toledo...y ya entrado el siglo XXI la expansión siguió hacia el sur con la compra de instalaciones y empresas en la provincia de Huelva.

El proceso de crecimiento no fue solo geográfico. Así, con el cambio de siglo se pasó a la producción de nuevos productos como las salchichas cocidas, elaborados ibéricos, actividades de fileteado y envasado...una diversificación del negocio dentro de las ramas de la industria cárnica y la distribución.

Sin embargo, no todos los momentos fueron precisamente buenos. La entrada en el siglo XXI estuvo cargada de imprevistos. Casi en paralelo a la firma de la asociación con Mercadona, un incendio en el principal matadero de la compañía obligó a la misma a reconstruirlo y a presentar un expediente de regulación de empleo, circunstancia que se repitió en 2003, dos años después, y que tuvo como consecuencia un nuevo expediente. Fue a raíz de ese imprevisto cuando se reconstruyeron las instalaciones y se renovaron, convirtiéndolas en unas de las más modernas de Europa.

De Tarancón al resto del mundo

Asentado el mercado nacional, si por algo se ha caracterizado la trayectoria reciente de la empresa ha sido por la mirada al exterior. Con el foco en las exportaciones, firmó en 2017 una joint venture con Loor Food, empresa suiza que le sirve de trampolín para la comercialización en Suiza y muchos otros países de Europa y a principios de 2019 optó por la compra de Acornsekeers en EEUU para lanzarse al mercado estadounidense.

Sin embargo, el broche a esta expansión internacional fue el inicio de las exportaciones a China en 2020. Un movimiento complicado (por la fecha y el lugar precisos) que ha resultado beneficioso para la firma, que ya tiene al mercado chino como una de las claves de sus ventas exteriores.

En la actualidad, ya son 36 los países de cinco continentes diferentes en los que Incarlopsa vende sus productos, llegando a lugares tan lejanos y diversos como Australia, Hong Kong o Sudáfrica, por ejemplo. El dato que hablan de Incarlopsa como la empresa familiar que ya es toda una firma asentada en el exterior es que, en el ejercicio 2022, las ventas en el exterior aumentaron un 60,9% para formar ya un 13,1% de todas las ventas del grupo (en 2021 fueron un 9,1%).

Una empresa de más de 1.000 millones de facturación

Ese incremento de la facturación en el extranjero, sumado al mantenimiento en España (con un ritmo de crecida del 6,9% y con una fuerte presencia de Mercadona como principal cliente nacional), ha logrado que en el ejercicio de 2022 la compañía lograse un hito: superar por primera vez los 1.000 millones de euros, hasta llegar a los 1.037,1 millones de euros.

Un dato nada desdeñable para una firma que hace ya 45 años se conformó en Tarancón con la llegada de la democracia y que, tras más de cuatro décadas, mantiene su Consejo de Administración formado con personas de la primera y segunda generación de la familia Loriente Piqueras, una de las grandes sagas empresariales de Castilla-La Mancha, tal y como estableció la Lista Forbes en 2022.

Su actual consejero delegado, Clemente Loriente, es hijo y sobrino de los fundadores de la empresa y ya está consolidado como una de las grandes figuras del sector cárnico en España. Fue a él a quien le tocó lidiar con dos intentos de compra por parte de consorcios chinos (uno de ellos, Kam Fang Group Company, ofreció 1.000 millones de euros por el 95% de Incarlopsa) y un proceso de internacionalización de una empresa que, pese a que ya sirve productos porcinos por todo el mundo, no quiere renunciar a sus raíces.