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El dueño de Siemens, Bosch y Balay quiere que el 95% de sus materiales sean reciclables en 2030


    elEconomista.es

    BSH Electrodomésticos España, fabricante de marcas como Bosch, Siemens y Balay, aspira a conseguir que el 95% de los materiales empleados en fabricar sus electrodomésticos sean reciclables en 2030 y que el 50% de sus referencias ya se fabriquen con materiales de origen reciclado también ese año.

    En la presentación de su Informe de Sostenibilidad 2022, la compañía ha recordado que el grupo es neutro en emisiones de CO2 de Alcance 1 y 2 desde 2020 y que el año pasado consiguió reducir su huella un 10% y su intensidad de emisión de CO2 (ton CO2/ton fabricada) en un 15%.

    Asimismo, ha recordado que su objetivo es reducir las emisiones que se generan a lo largo de todo el ciclo de vida del producto (Alcance 3), desde la compra de componentes hasta el impacto que se genera en su uso, para lograr una reducción de emisiones de Alcance 3 del 15% respecto a 2018 de aquí a 2030.

    Tal y como ha avanzado Fernando Gil, director general de BSH España, la compañía ha desarrollado proyectos de eficiencia energética en sus fábricas que han contribuido a ahorrar 2,9 GWh en 2022, equivalente al consumo anual de 969 hogares. Asimismo, el 100% de la electricidad que consume la compañía proviene de fuentes renovables desde 2017 y, actualmente, invierte para autogenerar energía renovable a través de plantas fotovoltaicas con el objetivo de producir aproximadamente el 15% de su demanda de electricidad a partir de 2024.

    Además, la compañía trabaja para fomentar la reutilización de productos a través de iniciativas como su colaboración con la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (Aeress), con la que además desarrolla una labor social de inserción mientras reparan electrodomésticos que vuelven a poner a la venta a precios accesibles. Fruto de esta colaboración, en 2022 envió un total de 3.678 electrodomésticos a las entidades de Aeress, que suponen 3.500 toneladas de RAEE de las que se reutilizaron 688 toneladas. Además, la iniciativa ha ayudado a la inserción de aproximadamente 80 personas en riesgo de exclusión.