Retail - Consumo

El gigante de arroz y cereales Dacsa se atraganta con su negocio de pollo

  • Agrovert, su pata en el sector avícola y los piensos, encadena 3 años en pérdidas
  • Mantiene abiertos varios litigios laborales y con la Administración
  • Dacsa tiene una molienda de maíz en Ucrania, que valora en 19,5 millones
Una granja avícola.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

La familia valenciana Císcar ha conseguido convertir al grupo alimentario Maicerías Españolas (Dacsa) en un referente en el segmento del arroz y de los cereales destinados a sectores como los productos para el desayuno, la cerveza y los snacks.

Un grupo con marcas como Dacsa y La Campana en España o Ceifeira en Portugal, que tiene moliendas en cinco países y que superó los 421,7 millones de euros de negocio el año pasado, tras crecer casi un 22%.

Pero además de Dacsa, que dirigen los hermanos Araceli y Ricardo Císcar, la familia valenciana también cuenta con otra pata en la industria alimentaria menos conocida que se centra en la producción agrícola y en sector avícola, que abarca desde la elaboración de piensos para las aves a la cría y la producción de carne y huevos. Un negocio que engloba en el grupo Agrovert, que pertenece a los mismos propietarios, aunque no consolida sus cuentas con Dacsa y que en los últimos años ha tenido una evolución completamente distinta al segmento de arroz y cereales, fundamentalmente por la negativa evolución del pollo.

Agrovert perdió el año pasado 6,63 millones de euros, el doble que en el ejercicio 2020, y encadena así tres años consecutivos en números rojos, según revelan sus últimas cuentas anuales. Unos resultados negativos que se producen pese a un fuerte aumento de los ingresos el año pasado, del 12,6%, pero que se generó por la actividad agrícola en las tres fincas que explota, ubicadas en Venta de Moro (en el interior de Valencia), en el Delta del Ebro en Tarragona y en Sevilla.

Sin embargo, las ventas procedentes del negocio avícola, que canaliza a través de la empresa castellonense Productos Florida, se redujeron un 7,3%, hasta 75 millones de euros. Una situación que el grupo valenciano achaca "a la caída de precios de venta, la caída del volumen de ventas a uno delos principales clientes y el aumento de los precios de materias primas y suministros, como los piensos y la energía".

Los litigios laborales

Pero también hay otro factor que contribuye a esa situación y que Agrovert califica como "fase de reestructuración de los costes de personal, lo que ha provocado incurrir en determinados sobrecostes". Una forma de referirse a las litigios abiertos con la Inspección de Trabajo, la Seguridad Social y los propios de trabajadores de su centro productivo de despiece y transformados de Almassora. La empresa fue sancionada al considerar que el centro trabajaba como una 'falsa cooperativa' y obligada a reconocer la relación laboral con los cooperativistas. Según recoge su propia memoria, la Inspección de Trabajo levantó acta de liquidación por supuestas cuotas no ingresadas por importe de 7,4 millones de euros, una medida en suspenso a la espera de la sentencia del juzgado de lo Social. Además, la Tesorería del Seguridad Social le ha reclamado deudas por 4,6 millones por las altas de los cooperativistas de varios años, de los que pagó 2,45 millones el año pasado y ha avalado otros 2,3 millones, a la vez que presentaba recursos.

Ante esta situación, la compañía señala que ya ha puesto en marcha medidas de "reestructuración interna, tanto a nivel organizativo como a nivel de personal, con el objetivo de reducir costes y optimizar el proceso de producción y el aprovechamiento del stock". También apunta que está eliminando referencias con baja rentabilidad y quiere recuperar cuota de mercado mediante nuevas alianzas comerciales. Con todo, no espera volver a beneficios hasta 2023.

El grupo cuenta con 48 granjas ubicadas en Comunidad Valenciana, su propia fábrica de piensos en Vila-real y su planta de procesado en Almassora, que ahora administra a través de la filial Danimeris. El 60% de sus ventas de huevos y carne de pollo se destina a cadenas de distribución. También ha creado una red de delegaciones propias para aumentar su presencia en puntos de ventas minorista y sus principales marcas son Pico de Oro, La Excelencia y Señor Pollo.

Dacsa en Ucrania

En el caso del negocio principal de Dacsa, sus planes de crecimiento internacional se han visto afectados por la guerra. La invasión de Ucrania por las tropas rusas a principios de año cogió a la filial de Dacsa en ese país en plena fase de desarrollo. La sociedad, creada junto a la multinacional norteamericana Bunge y con 26 trabajadores, inició su actividad a finales de 2020 para producir harinas y sémolas de maíz. Con una capacidad para 100.000 toneladas, su objetivo era suministrar a la industria cervecera ucraniana y, sobre todo, para exportación, a la que esperaba destinar el 80% de la producción.

La guerra ha provocado que la molienda del grupo valenciano haya estado paralizada y apenas pueda retomar su actividad unas pocas horas al día.  El grupo valenciano valora en 19,5 millones de euros sus activos en el país, según reflejan sus cuentas.