Retail - Consumo
Ignacio Muñoz (Angulas Aguinaga): "Subir precios es el último recurso para mantener la actividad"
- La compañía cierra 2021 con una facturación de 286 millones, un 14% más
- El negocio internacional se duplicó en 2021 y representa el 35% de su actividad
- La firma vasca avanza en su transformación en una multinacional alimentaria
Javier Mesa
A punto de cumplir seis años al frente de la compañía vasca, su consejero delegado analiza la evolución de una firma de referencia en la industria alimentaria en un periodo marcado por la crisis del Covid y un escenario inflacionista.
¿Cuál es el principal cambio vivido por su compañía en este periodo?
El actual, el de convertir a Angulas Aguinaga en una multinacional de la alimentación dentro de nuestro plan estratégico 'Nos salimos'. Nos salimos del negocio de la pescadería, que ha formado nuestro portafolio tradicional. Nos consideramos una empresa de FMCG (Fast Moving Consumer Goods o productos de consumo inmediato) procedente del mundo de la pesca. Por supuesto, también 'nos salimos' en la categoría de la pescadería. Y, en tercer lugar, 'nos salimos' en internacionalización. Además de vender fuera, nos enfocamos en exportar nuestro modelo de negocio, basado en la innovación y en las marcas.
¿Cómo han evolucionado en términos de crecimiento?
El avance ha sido muy importante. Hemos pasado de facturar 149 millones en 2016 a cerrar el 2021 con 286 millones de euros, un 14% más que el año anterior. También debemos destacar la evolución del negocio internacional, que ha pasado de representar el 11% de la actividad de la empresa en 2016 al 35% en la actualidad.
Su plan estratégico preveía una facturación de 450 millones en 2025. ¿Mantienen estos objetivos?
Aunque no podamos hacer predicciones, es cierto que este fue el objetivo anunciado y no lo hemos cambiado. Llevamos más de dos años y medio de Covid que han marcado un antes y un después en un consumidor que, con la situación económica actual, empieza a contener el gasto y está tomando decisiones claras al seleccionar sus compras. Esto es algo que nos pone la presión encima para mantener la estructura financiera de la compañía.
¿Cómo se consigue eso en el contexto actual?
Nos basamos en tres pilares. El primero, el de la eliminación de costes superfluos y en una inversión con mayor foco. El segundo es la innovación en un escenario de crisis en el que se va a producir una diferenciación clara entre consumidores que van a apostar por marcas de fabricante y otros que van a ir a las blancas. Las referencias que se encuentren en el medio son las que sufrirán. En tercer lugar, y si no queda más remedio, toca subir precios. La inflación no empezó con Ucrania. Ya en julio del año pasado comenzamos a notar el incremento de costes de materias primas y en septiembre tuvimos que aplicar una subida. Nos hemos visto obligados para mantener la estructura financiera y nuestro modelo de negocio. Nuestra línea roja para subir precios está en tener margen para mantener toda la actividad de la compañía. Es el último recurso.
¿Hacia dónde han enfocado ese esfuerzo de innovación?
Hace meses lanzamos Krissia Protein +, barritas con un 23% más de proteína en línea con la tendencia de un mejor cuidado personal desde la alimentación. En esta marca también presentamos un packaging sostenible sin plástico exterior. Son innovaciones que el consumidor está dispuesto a pagar porque aportan un valor añadido, como, por ejemplo, con La Gula del Norte Bol, un formato de consumo on the go.
¿Qué novedades podremos esperar en sus propuestas para convertirse en esa multinacional de alimentación que quieren ser?
Nuestra misión es revolucionar la alimentación desde nuestro conocimiento del consumidor. Hemos sido bastante efectivos en desarrollar soluciones adaptadas a sus necesidades. Y estas soluciones provenientes de nuestras líneas de pescado se pueden vender en otras secciones del supermercado, como la de platos preparados. No es que ahora vayamos a vender chorizos.
En esta línea, ¿qué proyectos se encuentran más avanzados?
Hace tiempo compramos una patente de huevo frito congelado que ya comercializamos en el canal horeca, pero que queremos vender en retail en formato refrigerado. Entendemos que se trata de una solución muy sana y de conveniencia más allá del pescado. Es un claro ejemplo de la línea que queremos seguir. Son soluciones que tienen que ver con nosotros, porque están elaboradas a base de proteína que es lo que sabemos manejar.
"No creemos en la sustitución plena de la proteína animal por la vegetal"
¿Cómo avanza su plan de crecimiento internacional?
En 2020 adquirimos en Italia la marca Riunione, una comercializadora de salmón, actividad que hemos seguido desarrollando y bajo cuyo paraguas ahora también vendemos productos de nuestro portafolio como mejillones, pulpo o untables. El año pasado, esta apuesta se vio reforzada con la adquisición de Deligusti, especializada en marinados. Se trata de una categoría con poco mercado en España, pero que nos sirve para integrar familias de productos en Italia, donde se consume más y donde los marinados de Riunione ahora ya son nuestros. Se trata de replicar el mismo modelo de negocio que en España.
La entrada de PAI Partners en 2020 en su accionariado, ¿puede hacer esperar la adquisición de nuevas marcas?
Es cierto que la presencia de un private equity hace pensar que seguiremos esta tendencia, pero para nosotros lo que manda es el plan estratégico. Si, para acelerarlo, una compra es los mejor, no lo dudaremos. El ejemplo fue la compra en enero de 2021 de Copesco & Sefrisa que, con su marca Royal, era el líder en salmón y bacalao, categoría en la que no teníamos presencia, que completaba nuestro portafolio y aceleraba nuestro posicionamiento en pescadería. Siempre que dentro de nuestro plan las compras nos ayuden a cumplir mejor nuestros objetivos, serán una opción. Pero nunca compraremos para acumular y crear un holding.
Como pioneros en la innovación con proteína animal, ¿qué opinan del avance de los alimentos plant-based?
En alimentación lo importante es que haya de todo y variado. No creemos en la sustitución plena de la proteína animal por la vegetal. Hay consumidores que buscan esas soluciones y, como empresa que busca ofrecerlas, no estamos cerrados a trabajar en este campo. Al final, tenemos que estar seguros de que la calidad del producto está a la altura de las expectativas del consumidor. Este es algo que en el caso del plant-based aún vemos que queda camino por recorrer.