Política

Más de seis millones de personas acuden a la huelga feminista en toda España

  • Madrid reúne a 375.000 manifestantes, más del doble que en 2018

Javier Collado Sánchez

Seis millones de personas secundaron este viernes la huelga con motivo del Día Internacional de la Mujer. Además, ya por la tarde, miles de mujeres volvieron a salir a las calles -en Madrid alrededor de 375.000 personas-, para exigir la igualdad de derechos entre ambos géneros.

Las reivindicaciones comenzaban el jueves en la Puerta del Sol de Madrid, donde varios centenares de mujeres se concentraron para realizar una cacerolada bajo el lema Reclama las calles y la noche. Suponía el pistoletazo de salida para las cerca de 1.500 concentraciones callejeras que tuvieron lugar a lo largo de toda la geografía española.

El manifiesto de la Comisión 8 de marzo, con el título Frente a la barbarie, lucha feminista, denunció las condiciones de "explotación y esclavitud" de las mujeres, tanto en el ámbito laboral como en el terreno doméstico, destacando que los trabajos de cuidados están "invisibilizados y despreciados" y los quieren poner "en el centro" de la sociedad, además de exigir "corresponsabilidad en el hogar y los plenos derechos de ciudadanía, el derecho a cuidar y ser cuidadas".

También hacía hincapié en la violencia de género, una de las cuestiones más recogidas en las pancartas de las manifestantes.

En este marco, los sindicatos habían convocado una jornada de huelga feminista, la segunda en la historia de nuestro país, que estuvo respaldada por casi 6 millones de personas, un dato similar al de la edición de 2018. Sin embargo, el seguimiento ha sido muy dispar: mientras que entre los trabajadores de la Administración General del Estado fue del 4,76 por ciento, en el ámbito de la educación fue respaldada por un 80 por ciento en la universidad, un 61 por ciento en institutos de Secundaria y Formación Profesional y un 42 por ciento en centros de Educación Infantil y Primaria, según CCOO.

Las centrales sindicales pedían especialmente al Gobierno que tome medidas para corregir el "grave impacto" de la precariedad en la contratación, los bajos salarios y el impacto que las menores cotizaciones de las mujeres tendrá en sus pensiones públicas futuras.

La principal manifestación partió a las 19 horas desde la plaza de Atocha de Madrid, bajo el lema "Somos imparables. Feministas siempre", y a la que acudieron unas 375.000 personas, según la Delegación de Gobierno. La presencia de los políticos marcó la marcha. Acudieron todas las ministras del Gobierno de España, así como la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. "El feminismo es democracia, es progresista y es pensamiento igualitario. Las derechas nunca han estado en eso y algunos se lo van a tener que mirar", declaraba la vicepresidenta, Carmen Calvo.

También estuvieron presentes representantes de Podemos, como su portavoz parlamentaria Irene Montero, y de Ciudadanos, como su portavoz nacional, Inés Arrimadas, quien justificó la presencia de su partido en una marcha con objetivos que no comparten alegando que quieren "representar a millones de hombres y mujeres que no se sienten representados por determinados tipos de feminismo", como el "feminismo caduco" que quiere "criminalizar a todos los hombres".

Quienes no asistieron a las protestas fueron los representantes del PP, al considerar que "los partidos de extrema izquierda pretendían monopolizar esta convocatoria, buscando la división y el enfrentamiento entre hombres y mujeres". Pese a ello, su líder nacional, Pablo Casado, defendió las políticas del PP en materia de igualdad, como la reducción de la brecha salarial y en las pensiones, la lucha contra la violencia de género o la prisión permanente revisable para los asesinos.

Por su parte, Vox también se ausentó de las concentraciones y empleó en redes sociales la etiqueta "No hables en mi nombre", en una crítica al "feminismo supremacista". Además, presentaron una denuncia en Córdoba por las "agresiones feministas" contra monumentos de la ciudad, que aparecieron con carteles reivindicativos que, para el partido liderado por Santiago Abascal, "usan un lenguaje soez y atentan contra la libertad religiosa y de conciencia".