Levantar o no levantar el 155: la pesadilla que no cesa para Rajoy
- Cs le pide prorrogarlo 'sine die' y el PNV echarlo abajo cuanto antes
- Rajoy necesita amarrar a sus dos socios para aprobar las cuentas
- El presidente busca soluciones en Moncloa con PSOE y Ciudadanos
Mario Becedas
Ya hay presidente efectivo para Cataluña tras la investidura favorable de Quim Torra y se prevé que en no mucho tiempo llegue el anhelado por muchos "Govern efectivo". Atendiendo al ritmo político de los últimos meses, esta constitución de gabinete llevaría aparejado el levantamiento inmediato del artículo 155 de la Constitución que ha permitido a Moncloa mover los engranajes la Generalitat desde que el independentismo proclamó la DUI en el Parlament el pasado 27 de octubre. Sin embargo, este simple 'clic' no va a ser tan cómodo para Mariano Rajoy.
En principio, todo debería ser cuestión de días. En cuanto Felipe VI y Rajoy firmen el escrito remitido por el presidente del Parlament, Roger Torrent, y el Boletín Oficial del Estado (BOE) y el Documento Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) lo recojan en sus páginas, se abre un período de cinco días hábiles en el que Torra juraría el cargo. Acto seguido, el nuevo presidente elegiría a sus consellers y estos también jurarían el cargo. El recorrido del 155, no obstante, tiene vida propia.
El presidente del Gobierno ha prometido reiteradamente que una vez se constituyese un Govern de facto en Cataluña el artículo quedaría automáticamente fuera de aplicación. Sin embargo, que el independentismo haya optado por un perfil poco conciliador como el de Quim Torra y que el investido este lunes presidente de la Generalitat no haya dejado de pronunciar la palabra "República" en las últimas 72 horas no ayuda a que desde Moncloa puedan arrojar al mar una medida que les quema en las manos casi desde que se empezó a aplicar.
Desde que el nombre de Torra salió a la luz el pasado jueves, Moncloa ha querido hacer gala de un perfil discreto y moderado. Un camino intermedio que contempla el levantamiento del 155 una vez haya Govern, pero también la advertencia de que al mínimo desbarre en contra de la legalidad la norma se puede volver a aplicar sin problema. Esta senda del medio, sin embargo, ha dejado a Rajoy en una delicada coyuntura ante sus dos potenciales socios en esta legislatura.
Si alguien ha cargado duramente contra Rajoy en las últimas semanas fuera del independentismo, ése ha sido Albert Rivera. El presidente de Ciudadanos primero amenazó al PP con dejar de apoyar la aplicación del 155 en Cataluña al no impugnar el Gobierno central el voto delegado de los fugados Carles Puigdemont y Toni Comín en la investidura. Después, con la investidura en ciernes, Rivera ha conminado a Rajoy a prorrogar en el Senado el 155 aunque haya Govern efectivo argumentando que Torra tiene todas las papeletas para incumplir la ley a la mínima.
En el otro extremo Rajoy tiene al PNV. Los nacionalistas vascos nunca han querido el 155 y nunca han dejado de recordárselo al presidente. Tras muchas piruetas y cabriolas parlamentarias y en los despachos, el PNV rebajó su exigencia de levantar de inmediato el 155 para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y se conformó con la promesa de Rajoy de facilitar la investidura no impugnando el voto delegado -un recurso del Gobierno acarrea suspensión inmediata- y de ceñirse a la caída del artículo en el mismo instante de formarse un Ejecutivo catalán. La promesa que precisamente Ciudadanos pide a Rajoy incumplir.
La presión del partido 'naranja' está siendo tal en este sentido que Ciudadanos, por voz de su secretario general, José Manuel Villegas, ha llegado a pedir a Rajoy que extienda en la Cámara Alta la aplicación del artículo 155 incluso aunque ello ponga en riesgo la aprobación de los Presupuestos por la falta de apoyo del PNV. Una exigencia imposible con la que el presidente del Gobierno tendrá que lidiar, sabedor de que, sin cuentas públicas, la legislatura se agota por sí misma.
Para revertir la situación, Rajoy ha emprendido una especie de ronda de consultas en la Moncloa que por el momento contempla la visita del líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del propio Rivera. El jefe del Ejecutivo confía en seguir manteniendo el apoyo de unos socialistas que este lunes mismo han suscrito una posición similar a la de Moncloa: el 155 debe levantarse con un Govern efectivo, pero a la mínima ilegalidad puede volver a aplicarse. "Cuesta más la primera vez que la segunda", ha dicho en este sentido este lunes el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos. Rajoy también confía en 'hacer las paces' con Rivera tras los últimos encontronazos -le llamó 'aprovechategui' en sede parlamentaria- y garantizarle que el Gobierno estará atento a cualquier movimiento de Torra y los suyos.
Mientras se esclarece el panorama, Rajoy cuenta los días para que los Presupuestos estén aprobados siendo consciente de que cualquier tirón de la cuerda que lo ata a Ciudadanos y PNV puede ser fatal. La gran prueba de fuego será entre el 21 y el 24 de mayo, días en los que se celebra en el Congreso el pleno en que deben aprobarse las cuentas para que éstas pasen al Senado, donde podían quedar finalmente ratificadas o ser devueltas con enmiendas a la Cámara baja. De suceder esto último, la aprobación definitiva se retrasaría hasta los estertores de junio. Demasiado tiempo para saber qué hacer con el 155.