El PP de Cifuentes defiende a Garrido mientras Rajoy juega con los tiempos
- El presidente en funciones recuerda a Génova que es un disciplinado militante
Carmen Obregón, Silvia Zancajo
Los inquilinos de la Casa de Correos quieren una transición rápida y un gobierno inminente para la Comunidad de Madrid, tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Pero son conscientes de que es muy poco o nada lo que pueden hacer y ahora toca esperar a que sea Rajoy y la dirección del PP quienes busquen al candidato que presidirá la institución madrileña. Y en Génova, de momento, no hay prisas. Saben que tienen hasta el 30 de mayo, y tampoco ven necesario dar nombres. Es más, se juega con algunos de ellos, y aunque es cierto que el de Ángel Garrido no ha caído del todo de las quinielas, entretanto se cuelan perfiles sin medallas en la gestión ni en la batalla política, teniendo en cuenta que la lista oficial de diputados, entre imputaciones y demás avatares, ha ido corriendo en la Asamblea del número 48 al 73.
Ayer, el presidente en funciones, el número dos de Cifuentes, asumía su papel provisional, y con la piel de "disciplinado militante" hacía un ruego a la dirección del Partido Popular para que los plazos transcurran brevemente y la maquinaria de las políticas madrileñas no se pare. "Vamos a seguir gobernando. Madrid es el motor de España. Una de cada cinco empresas que se abren en España lo hace en Madrid. Lideramos la inversión extranjera y tenemos en marcha la mayor bajada de impuestos", recordó ante posibles amnesias. Admitiendo sus conversaciones con Fernando Martínez desveló que también ha llegado a hablar con Ignacio Aguado y con Ángel Gabilondo para ofrecerse como presidente en funciones. Rehuyendo del fuego amigo, el antiguo equipo de Cifuentes será el anfitrión de la Fiesta del Dos de Mayo, donde las presencias y ausencias del PP nacional y del Gobierno tendrán más de una lectura.
Candidatura de Gabilondo
En Ferraz no quieren dejar de hacer ruido con este asunto y centran el tiro en Ciudadanos, que lleva semanas siendo el claro protagonista de las críticas socialista. La estrategia del PSOE pasa por reclamar la abstención de la formación naranja, que sería suficiente para sacar adelante la investidura de Ángel Gabilondo. Ayer oficializaron su candidatura, que sumaría los 64 escaños de socialistas y de Podemos.
El final de Cifuentes no supone el final de la crisis del PP madrileño, un partido que sigue "podrido y en descomposición". Por ello, piden a la formación naranja que deje de ser muleta de los populares, y abandone la suerte de relación "sadomasoquista" que tiene con el PP, "en la que quieren ser a la vez socio y oposición", en palabras del secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos.