Política

Las seis 'mentiras' de Sánchez: así juega con el inicio de la pandemia

  • El Gobierno deriva responsabilidades a los expertos científicos o a las autonomías

Carmen Obregón

La gestión de Pedro Sánchez en la crisis del coronovirus está en entredicho. Y buena parte de esos reproches se centran en el día en el que el Palacio de La Moncloa tuvo conocimiento de la gravedad del asunto. 

Socialistas y podemitas han defendido hasta ahora que el repunte del virus no fue antes del 9 de marzo, justo 24 horas más tarde de la manifestación del 8-M, que fue permitida por el Gobierno, como también partidos de fútbol o el multitudinario acto del Vox en Vistalegre, concentraciones que, jornadas atrás fueron desaconsejadas por varios organismos internacionales.

Solo hay que darle una vuelta a la hemeroteca y recoger testimonios de varias fuentes para desmontar la teoría sobre la que se mantiene Moncloa, a la que añade una nueva versión; la de la última semana de febrero, lo que constituye la sexta contradicción o la sexta mentira en la que incurre el Gobierno.

La construcción de un relato

En la última revisión de argumentos, el Ejecutivo progresista sitúa el germen del problema a finales de febrero. Y al colegir que los síntomas del virus afloran entre los cinco y diez días después del contagio, el Gobierno mantiene ahora que por eso la explosión de la respuesta epidemiológica no se puedo ver antes del 9 de marzo. De esta manera, excusan que la manifestación del día de la Mujer no fue uno de los agravantes de la pandemia.

Pero una cosa es la construcción del relato que el Gobierno viene edificando, y otra es la información que Pedro Sánchez ha manejado y de la que no suelta prenda. De momento, el Gobierno deriva responsabilidades a los expertos científicos o a las autonomías por sus competencias delegadas a Sanidad.

La revelación de Duque

Mes de enero de 2020. En una reciente intervención, el ministro de Ciencia e Investigación, Pedro Duque, reconoce en la sala de prensa del Palacio de La Moncloa que los investigadores españoles "empezaron a trabajar de manera intensa en cuanto se conoció esta enfermedad durante el mes de enero". Añade el titular de esta cartera, que el 2 de febrero se reunió con los profesores de Dejuanes y García Sastre para asegurar que "tuvieran las máximas facilidades y los medios necesarios" Y ese mismo día, remarca el ministro, "liberamos medios, e iniciamos cambios legislativos para reducir plazos del Real Decreto Ley del Estado de Alarma", cuya rúbrica tuvo lugar el 11 de marzo.

Quiere decir esto que, ya a comienzos del mes de febrero, el Gobierno se dispuso a trabajar en esta dirección contemplando un real decreto. Asimismo, Duque admite que el 6 de marzo, la UE hizo una convocatoria exprés en la que varios grupos de españoles participaban y trabajaban "intensamente" con otros grupos europeos. Las declaraciones de Duque dejan poco lugar a incertidumbres. El conocimiento de Moncloa es pleno. La acción, cuestionable.

A finales del primer mes del año, la Organización Mundial de la Salud alerta en Ginebra de un imparable brote de neumonía que procede de una región de China. El panal de expertos de la OMS decreta una ESPII, cuyas siglas significan Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. El aviso es claro: "Esto es muy grave".

El 25 de marzo, España pide ayuda a la OTAN para frenar el virus

El 2 de marzo, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermendades aconseja a los países miembros a prohibir las grandes concentraciones pues los datos demuestran que cancelarlas reduce la transmisión del virus. No hay que olvidar que a esa agencia pertenece Fernando Simón, el portavoz técnico del Gobierno en la crisis sanitaria. El 26 de febrero, el presidente Sánchez recibía a Quim Torra en Moncloa, y un día más tarde, el ministro de Sanidad, Salvador Illa decía aquello de "no hay que usar mascarillas por la calle. Se ha generado un pánico irracional".

El 25 de marzo, España pide ayuda a la OTAN para frenar el virus. Y en su escrito, el Ejecutivo señala esta petición "por la pandemia que comenzó el 9 de marzo", apuntalando su verdad oficial, y por lo que solicita 1,5 millones de mascarillas, 450.000 respiradores y 150.000 trajes de protección, al margen de las compras que espera el Gobierno que se materialicen, amén del fiasco de los test-rápidos que finalemente no sirven para nada.

Según ha podido saber elEconomista, seis días antes del 8-M, el Ejecutivo progresista empezó a tomar medidas de urgencia contra el coronavirus, como el acopio de material de protección, que ocultó mientras animaba a tomar las calles pese a la esperada propagación.

De hecho, El 2 de marzo la Agencia Española del Medicamento envió una carta a los distribuidores farmaceuticos para restringir la comercialización de mascarillas y bloquear su reparto entre la red de farmacias de nuestro país.

También el diario La Razón remarca en una de sus informaciones sobre el coronavirus que, e1 12 de marzo dos altos cargos del Ministerio de Sanidad contactaron con el Consejo General de Enfermería, la organización que representa a los colegios de enfermería de toda España, para instar a sus profesionales para desaconsejar la asistencia a cualquier evento o acto que suponga aglomeración de profesionales sanitarios.