Política

Las tribulaciones del PSOE: surgen más voces contra un Gobierno ingobernable de Sánchez

    Pedro Sánchez, ayer martes en un acto del PSOE. <i>Imagen: EFE</I>

    José María Triper

    El empecinamiento de Pedro Sánchez en negarse a cualquier tipo de diálogo con el Partido Popular ha convertido al PSOE en una olla en ebullición, donde las voces contrarias al secretario general se multiplican en forma directamente proporcional a la medida en que crecen las posibilidades de que éste pueda presidir un Gobierno mediante pactos antinatura y concesiones a los partidos independentistas y a los antisistema.

    Un Gobierno ingobernable que el propio Sánchez y su guardia pretoriana saben que llevaría al PSOE al borde de la desaparición como fuerza mayoritaria de la izquierda y que retrotraería a España al tercermundismo político, la desmembración territorial y a una nueva y más profunda recesión en lo económico, impulsada por la retirada de inversiones, la fuga de capitales, el hundimiento del empleo y la imposibilidad de afrontar una deuda que llega ya a casi el 100 por ciento del PIB y de la que sólo este año toca refinanciar la friolera de 400.000 millones de euros.

    Y esto lo saben los barones territoriales, con Susana Díaz, García-Page y Fernández Vara a la cabeza. Lo temen Felipe González y la vieja guardia. Lo han dicho por activa y por pasiva referentes como Josep Borrell o Pepe Bono. Y lo está avisando con editoriales fulminantes y encuestas de laboratorio Juan Luis Cebrián y el grupo Prisa, que son el brazo editorial del socialismo democrático en España.

    Todos ellos apuestan por un acuerdo de Gobierno estable y de amplio apoyo con Ciudadanos y el PP, preferentemente sin Rajoy, forzando a Podemos a no apoyar la investidura del todavía candidato socialista, para culpabilizar a Pablo Iglesias del fracaso.

    Una estrategia definida para salvar a España y al PSOE, que sólo tiene un obstáculo insalvable por ahora y que se llama Pedro Sánchez. Un secretario general y su guardia pretoriana de leales y de tránsfugas que saben que sólo siendo presidente salvan la cabeza y, lo que es más importante, su puesto de trabajo, porque difícilmente van a encontrar otra salida. Y eso no. Que ellos por el sueldo matan. A España y a sus electores. Faltaría.