Política
La nueva política o del Parlamento al esperpento: la pantomima y demagogia de Podemos
José María Triper
Lo que ayer debería haber sido una sesión solemne de apertura de legislatura se convirtió en una bochornosa demostración de intolerancia, falta de respeto y fanatismo por mor de esos que algunos denominan la "nueva política" y que, a tenor de lo visto, sólo consiste en convertir la democracia y la institución parlamentaria en un show estilo Gran Hermano, quizás para encubrir con poses, postureos y desvergüenza un vacío de ideas, programas y cerebro equivalente al de los concursantes de ese exponente máximo de la telebasura. Galería | Así se constituyó el Congreso.
Porque en eso intentaron convertir Podemos, sus marcas blancas y los nacionalistas radicales la Cámara de Diputados. En una caricatura de Parlamento bananero al estilo de la que impusieron en Venezuela Chávez y Maduro, los mentores y referentes de esta nueva generación de sucedáneos de políticos cuyo pecado no está en la juventud o en su credo, sino en la chabacanería y la ignorancia.
Un show que comenzó con la llegada al ritmo de música y orquesta de los diputados de Compromís, para continuar con la pantomima de Carolina Bescansa, que no sólo se permitió comerciar y utilizar a un bebé, su propio hijo, como objeto de reclamo político y propagandístico, sino que realizó, además, una ofensa a las madres trabajadoras de este país, que también tienen problemas de conciliación y no pueden permitirse estos privilegios.
Un impacto mediático premeditado -el Congreso tiene guardería- que culminó en la esperpéntica ceremonia de la promesa de acatamiento a la Constitución que Podemos y demás antisistema utilizaron para lanzar un manifiesto demagógico en la que combinaban el propósito de destruirla con el resentimiento y el más absoluto desprecio por la legalidad y las instituciones, y que algunos demostraban también con sus indumentarias.
Pues, a la vista está, y ya saben Pedro Sánchez y el PSOE lo que les espera si al final venden España y su propio partido por el plato de lentejas de un Gobierno apoyado por estos mariachis de la nueva política. Ni ellos podían esperar llegar tan alto, ni España puede permitirse caer tan bajo.