Política

Hay vida después del 'tamayazo': así se reinventó Eduardo Tamayo en Guinea tras el escándalo de Madrid

    Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, protagonistas del 'tamayazo' en 2003. Imagen: Archivo

    EcoDiario.es

    Eduardo Tamayo y su gesta, junto a María Teresa Sáez, que dinamitó en la Asamblea de Madrid la presidencia de la Comunidad para el PSOE bajo el liderazgo de Rafael Simancas, han vuelto a protagonizar titulares esta semana.

    La semana antes de la investidura de Manuela Carmena, de Ahora Madrid, como nueva alcaldesa de la capital con el apoyo del PSOE, el 'tamayazo' volvió a planear. Con un solo concejal de diferencia, un tránsfuga podría emborronar el sueño de la exjueza y del gran respaldo obtenido por primera vez en Madrid por una plataforma de unidad popular.

    En 2003, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáenz decidieron ausentarse de la crucial votación y dejaron al PSOE de Simancas sin el apoyo necesario para gobernar.

    Doce años después, Tamayo vive una vida que nunca antes había imagindo. Ante el escándalo que supuso su acción política, su despacho de abogados se fue a pique y tuvo que buscar pastos más verdes. Lo hizo en Guinea Ecuatorial, animado por un amigo que le mostró la posibilidad de negocio en la antigua colonia española, según relata este domingo El Mundo.

    El exdiputado socialista llegó a Guinea con la idea de ofrecer servicios de asesoría jurídica y empresarial, y en dos meses consiguió hacerse un hueco. Alquiló un apartamento, una oficina compartida con otros dos abogados guineanos y se adaptó a aun país controvertido por la dictadura de Obiang, que él defiende con fervor.

    Tamayo explica que, con su ya consolidada labor de asesoría, gana 30.000 euros netos al año, mucho menos que en su etapa política, pero asegura sentirse más satisfecho.

    Sobre el día del 'tamayazo', justifica su decisión y sigue rechazando que cobrase nada por no apoyar a su partido. Asegura que tomó la decisión tras asistir al reparto de cargos y entidades entre PSOE e IU, y que intentó negociar otra solución posible. Tamayo no esperaba ningún 'tamayazo' este sábado en el Ayuntamiento de Madrid. Y acertó. Explica que ya no hay políticos tan idealistas como él: "Lo hice por dignidad y por evitar una corrupción mayor".