Opinión

Triple golpe de Díaz a las empresas

  • Aprueba la ampliación de permisos por nacimiento y amenaza con otra subida del SMI y con imponer el registro horario 
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer

elEconomista.es
Madrid,

Yolanda Díaz ha aprovechado el último Consejo de Ministros del curso político para impulsar medidas que tendrán un importante impacto en las empresas. En concreto, la vicepresidenta del Gobierno ha convencido a Pedro Sánchez para aprobar la ampliación de los permisos por nacimiento de hijos y por el cuidado del menor. Una iniciativa que tiene un coste de 1.500 millones en un contexto de falta de presupuestos y de necesario incremento del gasto en defensa. Pero que, además, dificulta la labor organizativa de las empresas por las dificultades que implica suplir a los trabajadores que gozan de los permisos. Asimismo, Díaz avanzó que a la vuelta del verano convocará a la Comisión de Expertos para seguir revalorizando el salario mínimo. Ello pese a que esta paga ya se ha incrementado un desmedido 64% desde 2019, disparando los costes laborales de las empresas.

Y por si fuera poco, la ministra de Trabajo también amenazó recientemente con imponer el nuevo registro de jornada por decreto si no se aprueba la reducción del tiempo de trabajo hasta las 37,5 horas semanales. La medida implicaría endurecer los controles sobre las anotaciones de la jornada de cada empleado y dar acceso en remoto a la Inspección de Trabajo. En vez de lanzar iniciativas que ayuden a las empresas a crecer, como elevar los controles para frenar el absentismo, Díaz sigue impulsando medidas con las que demuestra su afán por criminalizar al empresario. Lo hace además con un triple golpe para los negocios, con el que intenta tapar su sonoro fracaso a la hora de lograr los apoyos necesarios en el Congreso para reducir la jornada laboral. Con ello, la vicepresidenta demuestra además que prefiere recurrir a la fórmula del ordeno y mando para sacar adelante sus iniciativas, en vez de aceptar las reglas democráticas.