Opinión

Almacenamiento, pilar del sistema eléctrico y la transición energética

  • Germán López, responsable técnico de Energía y Medio Ambiente en CTA

Germán López

La transición energética hacia un modelo descarbonizado, digitalizado, descentralizado y basado en fuentes renovables plantea desafíos técnicos de gran envergadura entre los que se encuentra maximizar la generación de electricidad generada mediante tecnologías renovables de carácter intermitente, como la solar fotovoltaica y la eólica. En un contexto de creciente penetración de energías renovables, descentralización de la generación y electrificación de la demanda, el almacenamiento de energía se está consolidando como tecnología fundamental para garantizar la estabilidad, flexibilidad y calidad del sistema eléctrico.

De manera sucinta, el almacenamiento energético permite desacoplar la producción del consumo, almacenando energía cuando hay excedente y liberándola cuando la demanda lo requiere. Esta capacidad de gestión temporal convierte al almacenamiento en un elemento clave para integrar energías renovables en el mix energético, minimizando vertidos de electricidad en los momentos en los que la generación excede el consumo.

Existen diversas tecnologías de almacenamiento, cada una con características específicas que las hacen más adecuadas en función de los servicios requeridos. Entre ellos, se encuentra la necesidad de suavizar picos de demanda, reducir congestiones en la red, participar en servicios de ajuste, etc.

El almacenamiento también puede actuar como amortiguador frente a fluctuaciones de tensión y frecuencia en las redes eléctricas de transporte y distribución, así como proporcionar respuestas rápidas ante diversas contingencias, incrementando la resiliencia del sistema eléctrico.

Estas características son muy positivas, de ahí que se estén implementando diversas medidas para impulsar las tecnologías de almacenamiento como son la reciente convocatoria de ayudas para proyectos innovadores de almacenamiento energético gestionada por IDAE, o el Real Decreto Ley 7/2025, que incluye medidas urgentes para reforzar el sistema eléctrico tras el apagón que sufrió la Península Ibérica a finales de abril.

Desafíos

No obstante, aún existen importantes desafíos por superar, destacando seguir avanzando en I+D para mejorar la eficiencia, la vida útil y la sostenibilidad de las tecnologías de almacenamiento, tanto de las más empleadas como de las que se encuentran en fases menos maduras.

También destaca el establecimiento de mecanismos que retribuyan adecuadamente los servicios aportados por las tecnologías de almacenamiento. Ya algunos países han avanzado en la definición de marcos normativos que reconocen el valor de estos servicios y facilitan su participación en los mercados eléctricos.

Estos son aspectos fundamentales que han de acelerarse, debido a que las tecnologías de almacenamiento han demostrado su capacitad para aportar flexibilidad y estabilidad al sistema eléctrico, además con gran rapidez, característica esencial para hacer más robusto el sistema eléctrico y evitar situaciones de pérdida del suministro eléctrico como sucedió en la Península Ibérica a finales de abril.