Incertidumbre en las fusiones bancarias

El desarrollo de la opa lanzada por BBVA sobre Sabadell tiene implicaciones más allá de esos dos bancos. Pese a la intensa concentración vivida por el sector financiero desde la crisis de 2008-2013, hay opción de otras operaciones corporativas, pero el precedente BBVA-Sabadell hace que sean más arriesgadas que nunca. No solo se mostró que el Gobierno tiene capacidad para limitar por completo la integración de plantillas, oficinas y plataformas –tarea ineludible en un mercado tan digitalizado–. Aún más importante es el riesgo de que se dilaten los plazos sine die. BBVA lanzó su opa hace más de un año y deberá esperar, como mínimo, otros tres para acometer la fusión. Toda integración sin límites temporales claros queda sumida en la total incertidumbre.