Opinión
La Convención de Singapur: una oportunidad para España y Europa en el comercio global
- Revista de Buen Gobierno, Iuris & Lex y RSC
Marlen Estévez
Vivimos en una era donde los negocios se mueven a una velocidad sin precedentes. La globalización, la digitalización y la interconexión de los mercados han cambiado la manera en que las empresas operan y toman decisiones. Sin embargo, la resolución de disputas comerciales internacionales no ha evolucionado con la misma rapidez. Mientras los acuerdos se firman en minutos y las inversiones se desplazan de un país a otro con agilidad, los mecanismos para solucionar conflictos aún dependen, en muchos casos, de procesos largos y costosos que no están alineados con las necesidades del mundo empresarial actual.
En este contexto, la Convención de Singapur sobre Mediación representa una oportunidad clave para España y para Europa en su conjunto. Firmarla permitiría posicionar a nuestras empresas y a nuestros mercados en una liga global donde la resolución rápida y eficiente de conflictos es un factor determinante para la competitividad.
Un comercio global necesita soluciones globales
Los negocios no entienden de fronteras. Cada vez más, las empresas españolas operan en mercados internacionales, colaboran con socios extranjeros y cierran acuerdos en jurisdicciones diversas. Pero, cuando surge una discrepancia en la interpretación o ejecución de un contrato, la falta de mecanismos ágiles para resolver disputas puede ralentizar operaciones, generar incertidumbre y afectar la confianza en las relaciones comerciales.
Es aquí donde la Convención de Singapur sobre Mediación, adoptada en 2018 por Naciones Unidas, marca la diferencia. Su propósito es facilitar la ejecución internacional de acuerdos alcanzados a través de mediación, otorgándoles la misma fuerza que tienen actualmente los laudos arbitrales en virtud de la Convención de Nueva York.
En términos prácticos, esto significa que si una empresa española resuelve un conflicto con un socio en Estados Unidos, China o Japón mediante mediación, el acuerdo será reconocido y ejecutado de manera directa en esos países sin necesidad de recurrir a procedimientos judiciales adicionales. Menos barreras, más confianza y mayor agilidad en las transacciones internacionales.
Los países que ya han firmado la Convención incluyen las cinco principales economías mundiales (EE. UU., China, Japón, Reino Unido e India), así como otros mercados estratégicos en Asia, Oriente Medio y América Latina. Esto demuestra una tendencia clara: los grandes actores del comercio global están apostando por la mediación como un pilar de su sistema de resolución de disputas. España y Europa no pueden quedarse atrás.
Lo que España y Europa ganarían con la adhesión
Si España o la Unión Europea como bloque firmaran la Convención de Singapur, los beneficios serían inmediatos y tangibles:
Seguridad jurídica en acuerdos comerciales internacionales
Las empresas españolas ganarían confianza al saber que los acuerdos alcanzados mediante mediación serían ejecutables en las principales economías mundiales. Esto reduciría los riesgos de operar en mercados internacionales y haría a España un socio más atractivo para la inversión extranjera.
Más competitividad para las empresas españolas
El comercio internacional exige rapidez y eficiencia. La mediación permite resolver disputas en cuestión de semanas o meses, en lugar de años, evitando costos innecesarios y facilitando la continuidad de las relaciones comerciales. En un mundo donde la rapidez es clave, contar con un mecanismo global para validar acuerdos de mediación daría a nuestras empresas una ventaja competitiva.
Refuerzo de España como hub de negocios internacionales
España aspira a ser un centro neurálgico de negocios y arbitraje internacional en Europa y Latinoamérica. Si liderara la adhesión a la Convención de Singapur dentro de la UE, reforzaría su posición como un país pionero en métodos alternativos de resolución de disputas y como puente entre mercados europeos, latinoamericanos y asiáticos.
Fortalecimiento de la relación con América Latina
Varios países latinoamericanos ya han mostrado interés en la Convención de Singapur, y algunos han dado pasos para su implementación. La adhesión de España permitiría alinear su marco jurídico con el de estos países, facilitando aún más las relaciones comerciales y jurídicas entre ambas regiones.
Un liderazgo estratégico dentro de la UE
En un momento en que la mediación está cobrando cada vez más relevancia en la resolución de disputas comerciales, España tiene la oportunidad de posicionarse como un actor clave en la promoción de la mediación a nivel europeo. Si se convirtiera en uno de los primeros países en ratificar la Convención, podría influir en el debate comunitario y fomentar su adopción a nivel europeo.
España debe aprovechar esta oportunidad global
Durante la visita de George Lim, presidente del Singapure International Mediation Centre (SIMC), desde Más Cultura del Acuerdo tuvimos la oportunidad de compartir esta visión con autoridades clave en España, incluyendo el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Congreso de los Diputados, la presidenta del Consejo de Estado y el presidente del Senado.
Las conversaciones fueron productivas y demostraron que existe interés en explorar esta oportunidad. Ahora es el momento de dar el siguiente paso. España no puede permitirse perder este tren mientras otras economías refuerzan sus sistemas de mediación internacional y se posicionan como referentes en la resolución ágil de disputas.
La firma de la Convención de Singapur no es solo un tema jurídico, sino una decisión estratégica para el futuro del comercio español y europeo. Se trata de garantizar que nuestras empresas puedan operar en un entorno global con las mismas herramientas que ya tienen sus competidores en mercados clave.
Desde Más Cultura del Acuerdo, seguiremos impulsando este debate y promoviendo la mediación como un instrumento esencial para el desarrollo económico y la competitividad empresarial. El futuro de la resolución de disputas comerciales es más rápido, más eficiente y más consensuado. España y Europa tienen ahora la oportunidad de formar parte de ese futuro. ¿Daremos el paso?
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Presidenta de Más Cultura del Acuerdo