Mayor solidez de la banca española
- Con uan rentabilidad muy superior al 10%, las entidades afrontan reforzadas el ciclo de bajadas de tipos del BCE
elEconomista.es
El presente año será un ejercicio para recordar en lo que a la banca española respecta. Está ya descontado que las entidades de nuestro país cerrarán 2024 con la segunda mejor rentabilidad promedio de Europa, 16,3%, medida sobre los recursos propios tangibles (RoTe). Es una medalla de plata prácticamente equivalente al oro por dos razones clave.
En primer lugar, solo logra superar a España el grupo formado por Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, países todos ellos con unos sectores financieros mucho más reducidos que el español y, por ello, con más facilidades para lograr altas rentabilidades –ahora casi rozan el 30%–.
En segundo lugar, resulta muy meritorio el comportamiento de la banca de nuestro país si se considera que, todavía en 2023, su RoTe ocupaba el quinto lugar en la clasificación europea. El ascenso hasta el segundo puesto en solo un año ha sido rápido, pero detrás de él actúa un proceso mucho más lento de reducción de costes en el que los bancos se han afanado.
Ejercicio tras ejercicio, desde 2013, acometieron un ineludible saneamiento recortando duplicidades operativas, redes de oficinas, plantillas y activos tóxicos. Pero la rentabilidad no crecería tanto si, en paralelo, no se hubiese producido la tan anhelada mejora del negocio crediticio que continúa incluso, ahora, cuando las rebajas de tipos de interés del BCE han comenzado. Resulta indudable que, una vez que el RoTe alcanza niveles tan altos resultará muy difícil continuar las mejoras. Es más, las previsiones auguran un descenso hasta el 14,6% en 2025. En todo caso, será aún una tasa muy elevada que dota de solidez para afrontar unos tipos que en la eurozona, previsiblemente, habrán ya bajado al 3% o incluso al 2,5%.