Opinión

Scholz está alimentando su propia crisis 'subprime'

  • Cuando todos los inversores no se fían de China, Berlín decide invertir en el más gigante
  • Si China invadiera Taiwán, se produciría un bloqueo de capital en Occidente

Matthew Lynn

Su economía se ralentiza y su mercado inmobiliario se tambalea. Y el Gobierno estrecha el cerco sobre todas las formas de actividad económica. Los inversores mundiales han tomado la decisión de reducir su exposición a China en los últimos meses. Puede que tenga uno de los mayores mercados del mundo, pero los riesgos son sencillamente demasiado altos. Sin embargo, hay una excepción: Alemania está volviendo a apostar por China, y podría estar preparando su propia crisis subprime.

Durante el segundo trimestre de este año, los inversores extranjeros retiraron una cantidad récord de dinero de China. En total, salieron del país 15.000 millones de dólares, y si esa cifra se mantiene durante el resto del año, será la primera vez que el total sea negativo desde 1999. Tras años de considerar a China como la próxima gran oportunidad de crecimiento, las empresas mundiales están empezando a buscar otras apuestas.

La única excepción es Alemania. En total, las empresas alemanas invirtieron 4.800 millones en China en el segundo trimestre, casi el doble que en el primero, según el Bundesbank. En el primer semestre del año, el volumen total de inversiones directas de la industria alemana ascendió a 7.300 millones de euros, tras los 6.500 millones del año pasado, y la mayor parte del dinero procedió de los fabricantes alemanes de automóviles. Y eso a pesar de las advertencias oficiales del Gobierno de Berlín de reducir su dependencia de Asia.

Claro, es fácil entender lo que están haciendo. China ha sido una enorme fuente de beneficios y, a medida que el país se vuelve más proteccionista, necesitan fábricas locales, sobre todo porque los fabricantes chinos de automóviles se están convirtiendo en verdaderos competidores. El problema es que hay dos grandes problemas. En primer lugar, el dinero está garantizado en su mayor parte por el gobierno alemán, lo que supone un enorme riesgo para toda la eurozona. Si China invadiera Taiwán y se produjera un bloqueo económico total entre China y Occidente, la mayor parte de ese capital desaparecería de la noche a la mañana, del mismo modo que las inversiones en Rusia, mucho menores, no valieron nada después de que invadiera Ucrania. El Estado alemán asumiría esas pérdidas y, en última instancia, también lo haría el Banco Central Europeo. Además, hace imposible para Alemania, y por extensión para el resto de la UE, llevar a cabo una política exterior significativa o apoyar a sus aliados en Europa y Estados Unidos. Hay demasiado dinero en juego.

La consultora Eurointelligence lo describe como exposición subprime, en referencia a la enorme apuesta por el mercado hipotecario estadounidense que desencadenó la crisis financiera de 2008 y 2009. Parece correcto. Una cosa era apostar fuerte por China en la última década, cuando crecía rápidamente y se incorporaba al sistema de comercio mundial. Cuando se alía con Rusia y amenaza a Taiwán, es una locura invertir tanto. En realidad, la industria alemana está demasiado expuesta a China, y eso acabará saliendo muy caro.