Opinión
Cautelosa gestión del gasto
- El Ejecutivo se servirá del 'impuestazo' a banca y energéticas para 'vender' un nuevo récord de desembolsos públicos
elEconomista.es
El Gobierno aprobará la próxima semana el techo de gasto, que es el primer paso para la elaboración de los Presupuestos del próximo año. Unas cuentas que serán difíciles de sacar adelante debido a la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.
Pero independientemente de lo que ocurra, la realidad es que podrá 'vender' otro récord de gasto público y cumplir con las reglas fiscales europeas. A ello contribuirá el sólido crecimiento económico, que impulsa la recaudación. Pero también los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas, que el Ejecutivo ha adelantado que mantendrá.
Estas tasas son injustas con unos sectores que gravan unos supuestos beneficios caídos del cielo que, desde luego, ya no existen en el caso de las eléctricas, debido al menor precio de la energía. En cuanto a la banca, el impuestazo castiga a un sector que está en un contexto favorable de negocio, tras más de una década de dificultades por los tipos de interés al 0%. Por si fuera poco, el impuestazo retrae la inversión e impide a la banca remunerar mejor los depósitos.
Pese a este claro perjuicio, el Ejecutivo se servirá de esta tasa, que recauda cerca de 3.000 millones, para aumentar su margen de maniobra. Podrá así elevar el techo de gasto un 2,7%, hasta en 5.100 millones, que es la cifra que tanto la AIReF como los expertos consultados por elEconomista.es consideran el máximo asumible en un contexto de regreso de las reglas fiscales a la eurozona. No obstante, el Gobierno no debería olvidar que la cautela con los desembolsos es necesaria en momentos de bonanza, ya que permite acumular una hucha que luego podría ser utilizada en un contexto de crisis o para sufragar el coste de las pensiones, que crecerá a doble dígito en los próximos años.