Opinión

El mundo anglosajón atrae el 40% de la inversión por su seguridad

  • La falta de suministros generado por la pandemia y las restricciones creadas por la guerra de Ucrania, han exacerbado el proteccionismo y reorientado las inversiones

Amador G. Ayora

Si la inversión extranjera en España se desplomó el 18,5%, la de nuestras empresas en el exterior sufrió un batacazo del 41,6% en 2023, situándose en 21.245 millones. Los flujos se vieron condicionados en los últimos años por las incertidumbres, que marcaron la evolución del comercio internacional. La falta de suministros generado por la pandemia, en primer lugar, y las restricciones creadas por la guerra de Ucrania, después, han exacerbado el proteccionismo y reorientado las inversiones hacia los países amigos, como explica elEconomista.es. Es decir, hacia aquellos que ofrecen mayor seguridad jurídica, ya sea por su cercanía o por su trayectoria.

Desde el Gobierno se argumenta que los fondos Next Generation, que moverán más de 170.000 millones hasta 2026, desviaron gran parte de los esfuerzos hacia el interior. Pero las estadísticas muestran que la gran mayoría de estas ayudas son atraídas por instituciones y empresas públicas en lugar del sector privado. La otra novedad es que las empresas medianas ya aportan más de la mitad del volumen de las inversiones foráneas.

Nuestra economía no es ajena a la tendencia mundial hacia la seguridad. Si observamos la lista de los diez países a donde se dirigen las inversiones españolas en 2023, según el informe anual elaborado por el Ministerio de Comercio, y quitamos de esta a dos destinos, Luxemburgo y Jersey, que destacan por los flujos financieros de fondos de inversión que tienen allí su sede, el resultado es revelador.

Los países anglosajones y europeos son los destinos preferidos de largo, seguidos de los latinoamericanos, debido a los lazos históricos de confraternidad. El número uno del podio lo ocupa Estados Unidos, que acapara casi uno de cada tres euros, seguido de Brasil y de México. El caso brasileño es una excepción, ya que se debe a una inversión energética coyuntural, mientras que la posición de México obedece a los beneficios fiscales recibidos por el programa Made in América anunciado por el presidente Biden, debido a su cercanía geográfica a Estados Unidos.

La lista de europeos es larga. La encabeza Alemania, que experimenta una gran caída el último ejercicio; seguida por Reino Unido, un tradicional destino de nuestro dinero, y de países vecinos como Francia ó Portugal. En su conjunto, los europeos atrajeron 3.325 millones, muy lejos de los 5.850 de Estados Unidos. Si a la inversión en USA, le sumanos los 725 millones del Reino Unido y los alrededor de 200 millones de Canada y Australia, respectivamente, la conclusión es que casi el 40% tiene como destino el mundo anglosajón, el campeón en seguridad jurídica.

Europa, sin contra con el Reino Unido, sólo se llevó 2.600 millones, el 14% del total, lo que demuestra las trabas jurídicas y de todo tipo del mercado interior europeo, que desincentivan las inversiones entre sus estados miembros.