Opinión

¿Rural y digital, es posible?

  • Antonio García Vidal, presidente de Aotec (Asociación de operadores de telecomunicaciones y servicios de internet)
Antonio García Vidal, presidente de Aotec (Asociación de operadores de telecomunicaciones y servicios de internet)

elEconomista.es
Bilbao,

Por primera vez en la historia la ciudadanía es la primera en adoptar la tecnología, algo que no había pasado nunca. Los primeros ordenadores, los primeros teléfonos móviles, los encontrabas en las empresas. Eso ya no es así, gran parte de las innovaciones tecnológicas están al alcance del gran público, que las adopta con rapidez, y un ejemplo es la IA con el Chat GPT.

¿Ocurre también en el mundo rural? Cuando hay conexión por fibra óptica el uso del ciudadano medio es muy similar al que hace una persona en una gran urbe, desde el acceso a plataformas de televisión en streaming a gestiones bancarias, según confirma un informe del Observatorio Asteo. Incluso el porcentaje de quienes teletrabajan es superior en hasta ocho puntos a la media española (22 frente a 14%).

La viabilidad de las pequeñas y medianas poblaciones pasa por tener acceso a conectividad en primer lugar y a la transformación digital, en segundo. Dos puntales para lograr el aumento de la productividad, un mejor acceso a servicios (administración, sanidad, educación) y convertir nuestros pueblos en lugares atractivos para nuevos habitantes. Entramos en la era de los sensores conectados a la red (IoT) y de la Inteligencia Artificial, que va a impulsarlo todo. Y todo esto hemos de usarlo en nuestro favor. En esta Feria Aotec 2024 que se celebra en Bilbao los días 9 y 10 de mayo vamos a asomarnos a este futuro y debatir sobre él.

Para lograr este avance, las empresas –que se han quedado atrás respecto a la ciudadanía– se tienen que impregnar de espíritu digital y romper la resistencia al cambio. No es fácil. Los operadores estamos en evolución continua, forzados por los cambios tecnológicos frecuentes. Podemos, sin duda, ser el apoyo de industrias y empresas en este camino. No es sencillo salir de la zona de confort, pero es imprescindible.

Porque sin duda, los retos digitales son mayores y más acuciantes en zonas rurales. El 90% de las 8.131 localidades de nuestro país tienen menos de 10.000 habitantes, y más del 50% del total, menos de 1.000 pobladores. Todo ello en una España envejecida donde el 30% de la población será mayor de 65 años en 2030. No hay geriátricos suficientes en uno de los países más longevos del mundo y la tecnología tendrá que ser la solución.

La brecha digital está hoy en el acceso a la conectividad, a las redes de banda ancha. Lo que nadie dice es que una vez que se cierra, y estamos cerca de hacerlo con la fibra, se reabre con la siguiente evolución en tecnología, en este caso el 5G.

España es uno de los países líderes en Europa en el despliegue de fibra óptica en el mundo rural. Está llegando a todo el país, mediante inversión privada y el impulso público del Gobierno con los fondos europeos Next Generation. Los operadores alternativos -locales, regionales y neutros- están siendo los principales responsables de ejecutar estas ayudas y lograr que la totalidad de la población tenga acceso.

Fueron pioneros en incorporar la fibra allá por 2009 y hoy continúan mejorando sus redes y este mismo mes una prueba piloto de Elantra y Huawei ha probado el 50GPON, capaz de dar velocidades hasta 150 veces más rápidas de la conexión que tenemos en casa, y el operador Rede Aberta también tiene un piloto en este ámbito. Las redes terrestres se preparan para la nueva oleada tecnológica que vendrá de la mano del IoT, máquinas hablando con máquinas. El tráfico de datos se prevé que en sólo cinco años se multiplique por tres.

¿Pero qué pasará cuando salgamos de casa? El 5G tendrá la capacidad de la fibra y la sustituirá en exteriores, con antenas escondidas en paradas de autobuses, farolas y otro mobiliario urbano. Tenemos que empezar a hablar de territorios conectados. Porque no valdrá que en un pueblo o ciudad haya conectividad, si al salir de ella se pierde.

En Aotec estamos preocupados porque haya un desarrollo del 5G en todo el territorio. Creemos que hay que reproducir el modelo de la fibra y permitir que haya más empresas desarrollando infraestructuras 5G, y no sólo las tres adjudicatarias del espectro. El operador local es un aliado.

Además, en el sector primario habrá que desarrollar otras redes de telecomunicaciones en paralelo, como las LoraWan, orientadas a dispositivos poco intensivos en el envío de información. Para todo ello los ayuntamientos son esenciales, trabajando mano a mano con el operador para facilitar los despliegues.

El futuro está en las redes, ellas serán el canal que acabe con la brecha digital y el siguiente paso lo hemos de dar juntos empresas, administraciones, operadores y ciudadanía, avanzando juntos en la era digital.