Opinión

Una mano de obra más envejecida

  • Los trabajadores y parados mayores de 55 años superan su máximo histórico pese al incremento de los extranjeros 
Camareros en España. Alamy

elEconomista.es

El 22,68% de los 19,3 millones de personas que trabajan o buscan empleo superan los 55 años, su máximo histórico. Asimismo, los jóvenes menores de 25 en la misma situación apenas llegan al 6,91%. Ambos datos estrechan hasta el 70,41%, mínimo de siempre, la franja comprendida entre los 25 y los 54 años, que es la que se considera más productiva, ya que excluye a los que no han consolidado su entrada en el mercado laboral y a los que preparan su salida. Los datos desvelan que el desafío demográfico aprieta con cada vez mayor intensidad al mercado de trabajo en nuestro país. De hecho, el porcentaje de personas con empleo o en búsqueda activa que superan los 55 años era de solo el 10,3% en 2002. España se enfrenta así al reto de contar con una mano de obra cada vez más envejecida que ni siquiera la aportación de 4,7 millones de activos extranjeros y con doble nacionalidad ha logrado resolver. No en vano, si se suma a este último grupo, el porcentaje de trabajadores más veteranos asciende al también récord del 20,71%.

Esto excluye a la inmigración como una solución para resolver el reto demográfico en el empleo, que a su vez presiona el pago de las pensiones. Las medidas para paliar esta grave situación desde luego no pasan por iniciativas como adelantar la jubilación a personas en profesiones de riesgo sin ofrecer alternativa, como propone ahora el Gobierno. Solo impulsando políticas activas de empleo que mejoren las oportunidades laborales de los trabajadores mayores de 55 años y que también aceleren la incorporación de los jóvenes al mercado se podrá mejorar la pirámide laboral del país. Asimismo, las iniciativas encaminadas a retrasar la edad de retiro permitirían aprovechar el alto volumen de mano de obra senior.